La Policía Nacional ha detenido a tres personas que obligaban a prostituirse en un piso de Madrid a, al menos, cinco hombres brasileños a los que habían captado a través de las redes sociales en su país y habían engañado con falsas promesas de trabajo en España. Las víctimas contraían con la organización una deuda de 4.000 euros por los trámites realizados para traerles hasta España y debían devolverla con intereses en pagos de unos 1.200 euros al mes.
Los jóvenes explotados debían cobrar 60 euros por una hora de servicio, 80 más el coste del taxi si era fuera de la casa de citas y 600 por toda la noche. De estas cantidades tenían que entregar la mitad al responsable del inmueble. Mientras trabajaban para el grupo no podían abandonar la casa hasta el amanecer ni asomarse a las ventanas, solo salían a la calle de uno en uno y por espacios de tiempo muy breves y si estaban cansados les obligaban a tomar fármacos para potenciar la libido, cobrándoles diez euros por cada pastilla.