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Una metáfora de la multiculturalidad Escolares de toda la ciudad han participado en el Zoco Kaeb-nai. A través de juegos, talleres y visitas guiadas han descubierto la riqueza del mestizaje y los aspectos positivos de la inmigración

Escolares de toda la ciudad han participado en el Zoco Kaeb-nai. A través de juegos, talleres y visitas guiadas han descubierto la riqueza del mestizaje y los aspectos positivos de la inmigración

Diario Vasco, Elena Viñas | , 07-12-2011

SAN SEBASTIÁN. Un total de 2.700 alumnos de colegios, institutos, facultades universitarias y centros de EPA han tomado parte en la última edición del Zoco Kaeb-nai (Kultur Arteko Ekintza Berria Nueva Acción Intercultural), una iniciativa que muestra «la riqueza de la diversidad de culturas en un intercambio humano e interactivo», en el que entran en juego los cinco sentidos.
La vista para apreciar la infinidad de objetos que provienen de otros países, como el vidrio creado en Mesopotamia o las llaves, que tiene su origen en el antiguo Egipto. El oído para escuchar historias que traspasan fronteras, igual que el sonido de la flauta nacida en Alemania. El tacto para notar la textura de bufandas que por primera vez tejieron los croatas allá por el siglo XVI. El olfato para disfrutar del aroma a canela, cultivada en Sri Lanka. Y el gusto para probar los yogures que idearon siglos atrás en Bulgaria, Turquía y Grecia.
Así es como se aborda la multiculturalidad en este proyecto educativo que, año tras año, se celebra en la capital guipuzcoana para combatir la exclusión social de minorías e inmigrantes.
«Lo que hacemos es recrear un zoco a modo de metáfora para hacernos pensar que nuestra vida cotidiana está cargada de mestizajes de culturas y que en consecuencia, la inmigración no tiene que ser algo negativo», explica Jorge Sáez, coordinador de la experiencia desarrollada con la colaboración del Departamento de Política Social de la Diputación Foral de Gipuzkoa, la Dirección de Inmigración del Gobierno Vasco y la Dirección de Bienestar del Ayuntamiento de San Sebastián.
Los estudiantes llegan a este mercado ‘regentado’ por voluntarios –hasta un total de 44 han intervenido en su puesta en escena, siendo una docena de ellos, personas inmigradas-, y de inmediato se ven transportados a un país remoto, donde las barreras erigidas en la mente caen por sí solas.
«Los visitantes tienen oportunidad de hablar con inmigrantes y darse cuenta de la gran cantidad de productos que hoy forman parte de nuestro día a día, pero que provienen de otras regiones del planeta. La pasta fue traída de Oriente, la alubia de Latinoamérica, el arroz de China, la tila del Norte de África, el café de Etiopía…», indica Sáez.
Talleres
El zoco abre, además, la puerta a sendos talleres sobre los Derechos Humanos y la comunidad gitana. En el primero de ellos, titulado ‘Reparte tu parte’, los asistentes realizan «una reflexión sobre el mal reparto de los recursos existentes y la consiguiente vulneración de los derechos esenciales a todos los hombres».
El centrado en la etnia gitana descubre, en palabras del coordinador de Kaeb-nai, «lo equivocados que estamos sobre uan comunidad de la que se destacan aspectos, como el referido al respeto a los mayores, que están perdiéndose desafortunadamente hoy en día en nuestra sociedad».

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