Las cárceles vascas siguen hacinadas mientras los presos bajan en España

El Correo, LUIS LÓPEZ, 07-12-2011

El hacinamiento en el que viven los presos en las cárceles vascas es un problema que se ha cronificado en los últimos años y que no acaba de atajarse. Según un informe hecho público ayer por el sindicato de prisiones Acaip, los tres penales de Euskadi (Nanclares, Martutene y Basauri) sufren una tasa de hacinamiento del 215,7%, lo que la pone a la cabeza de España, donde la media está en un 174,88%. El asunto llama doblemente la atención si se tiene en cuenta que en el último año la población reclusa en todo el Estado ha caído mientras que la vasca se mantiene, incluso con un ligero repunte.

En cifras totales, en todos los penales de España había el pasado 25 de noviembre 71.505 reclusos, lo que supone una rebaja importante con respecto a los 73.929 con los que se cerró el año 2010, e incluso está por debajo de los 73.558 que había en 2008. Eso sí, el pico histórico llegó en 2009, cuando la cifra se disparó hasta los 76.079.

La cuestión es que la tendencia a la baja no ha llegado a Euskadi, donde hay 1.456 personas encarceladas, veinte más que hace un año. En cuanto al problema del hacinamiento, hay que matizar que se trata de un asunto controvertido. El sindicato Acaip calcula el 215,7% teniendo en cuenta que las tres prisiones vascas cuentan con 675 celdas. Es decir, estiman que cada habitación debería estar ocupada por un sólo recluso, de manera que en estos momentos se duplica la capacidad de los penales. Sin embargo, desde Instituciones Penitenciarias apuntan que muchas celdas son dobles, así que, en realidad, los penales vascos están preparados para acoger a más de mil reclusos. Es decir, que la sobreocupación sería del 40%.

Al margen del volumen de masificación, lo que está claro es que hay más presos que plazas. Para mitigar ese problema está la nueva cárcel alavesa – oficialmente, Centro Penitenciario Araba/Álava – , inaugurado hace un par de meses y que vendrá a sustituir al de Nanclares. De momento, sólo una veintena de reclusos han sido trasladados, aquellos que ocupan un puesto de trabajo en la lavandería o la cocina. Pero a lo largo de este mes el plan es que sea llevada hasta allí la totalidad de la población reclusa de Álava (unas 750 personas), lo que aliviaría de una vez por todas la masificación ya que el nuevo penal tiene 1.300 plazas. Eso sí, también llegarían reclusos de otros lugares. Además, está en construcción la prisión de Zubieta, en Gipuzkoa, que en 2014 jubilará a Martutene.

En cuanto a los motivos para que la población reclusa haya bajado en España, Acaip da varias claves. Principalmente está la expulsión a sus países de origen de presos extranjeros: este año hay 1.426 menos que en 2010, pese a lo cual los inmigrantes suponen el 34,76% de la población reclusa. Las reducciones de penas por tráfico de drogas establecidas en el Código Penal y una gestión diferente de la prisión preventiva también explican el descenso en la cantidad de presos.

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