Berlín se avergüenza de su servicio secreto

El Bundestag se inclina ante las víctimas de la violencia neonazi

ABC, RAMIRO VILLAPADIERNA , 23-11-2011

«Reconocemos nuestra responsabilidad» y «estamos avergonzados», ha leído el presidente del Parlamento federal al pleno de los diputados en pie, «ante el hecho de que los responsables de las agencias de seguridad no hayan resuelto ni prevenido crímenes que han sido planeados y llevados a cabo durante años».

Los servicios de inteligencia interior se han visto arrastrados al ojo del huracán público, acusados de negligencia en el seguimiento y hasta ocultación de datos. Un excesivo foco en el islamismo radical y de izquierdas, en cambio, habría desviado atención y esfuerzo, mientras se producían auténticos crímenes en serie por elementos racistas de extrema derecha.

Norbert Lammert no sólo ha reconocido la responsabilidad y la vergüenza de las altas magistraturas del Estado sino que ha pedido, con la unanimidad de todos los partidos, «asegurar que los derechos básicos garantizados en la Constitución sirvan a cualquiera más allá de su origen, creencia u orientación».

Para sorpresa pública, el jefe de la policía federal, Jörg Zierke, ha revelado que una agente asesinada presuntamente por el grupo habría tenido en realidad una relación personal con algunos de los neonazis. La reciente muerte de dos de éstos en su vivienda, aún por esclarecer, ha destapado la trama racista.

La dirigente parlamentaria verde, Renate Künast, ha incidido que los servicios de inteligencia están en tela de juicio y la ministra de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, ha reconocido que se han cometido errores.

El ministro federal del Interior ha asegurado que se estaría trabajando sobre un registro de todos los militantes de grupos neonazis, que recogerá datos de todas las agencias y policas regionales. Los críticos han pedido una mayor centralización y eficacia de los trabajos de inteligencia entre las regiones federdas.

El líder de la oposición, Frank Walter Steinmeier, ha acusado al obierno de minimizar la amenaza de los ultras violentos. También denuncia la práctica de los servicios de información de pagar a los líderes neonazis para recabar pistas: Es un escándalo que se haya estado dando dinero a aqullos a los que se debía estar combatiendo. De otro lado, se ha reabierto el debate sobre a ilegalización del partido ultra nacionalista NPD, de improbable solución.

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