"Una expresión rara, como desencajada"

Un joven iraní mata a un hombre y hiere a seis personas más con un cuchillo en bilbao El agresor, que quedó ingresado en Psiquiatría tras ser detenido, deambuló errático antes de cometer el crimen

Diario de noticias de Gipuzkoa, Shaila P. Rodríguez, 15-11-2011

Encuesta: En relación con los apuñalamientos sucedidos en Bilbao, ¿Te parece que Euskadi es un lugar seguro para vivir?

bilbao. Seis personas heridas y un hombre de 65 años fallecido es el saldo de la macabra escena que se vivió ayer por la mañana en Bilbao cuando un joven arremetió con un cuchillo de 17 centímetros de hoja contra los viandantes cerca de la parada de metro en la calle Zabalbide de Santutxu, en Bilbao.

“Entró y se puso a dar vueltas, a mirarlo todo con una expresión muy extraña, como desencajado. Normalmente le hubiera dicho que abandonara las instalaciones, porque esto es un centro privado, pero tenía tan mala pinta que me dio miedo y preferí no decirle nada”, narró la responsable de la recepción del gimnasio Nivel 3. Y es que, minutos antes de que comenzaran las escenas de pánico en las inmediaciones de la boca del metro, el supuesto agresor, un joven de 31 años y de origen iraní, “caminó errático” por el gimnasio. Poco después, atacó con un cuchillo de cocina de 17 centímetros a varios vecinos de la zona.

Como consecuencia de las agresiones, Kepa M. O., de 65 años y vecino de Santuxtu, perdió la vida tras recibir varias puñaladas en el abdomen. Asimismo, de las seis personas que resultaron heridas de diversa consideración, dos de ellas se encuentran con pronóstico reservado.

El Ayuntamiento de Bilbao anunció, por su parte, que ejercerá la acusación popular contra el joven por haber atacado de “forma indiscriminada y con ensañamiento” a las personas que se encontraba a su paso.

El joven iraní, B.A.K, merodeaba por el barrio inquietando a aquellas personas que se cruzaban con él. “Tenía una mirada rara, como desencajada. Cuando nos miramos, bajé la mirada y me aparté, porque me dio miedo”, comentó Mariló, clienta del propio gimnasio Nivel 3.

El arrestado deambuló “desorientado” por los tres pisos del centro deportivo. Entró en las clases y en los vestuarios sin dirigirse a nadie ni comportarse de forma violenta, aunque con una actitud inquietante. “Avisé al monitor para que le tuviera controlado, pero le recomendé que no le dijera nada porque me daba mala espina”, explicó la recepcionista.

Eso pudo ser lo que salvó a los empleados y usuarios del gimnasio de ser las primeras víctimas. Apenas unos minutos después, en torno a las 09.40 horas, B.A.K. giró la esquina y se centró en su primer objetivo. Se trataba de una pareja joven, ella embarazada, que salía de la boca del metro ubicada en la citada vía.

El joven comenzó a seguir y a increpar a la pareja, profiriendo frases sin sentido y mirándoles, aún cuando estos se cambiaron de acera para tratar de esquivarle. “Déjanos en paz o llamo a la Policía”, exclamó rotunda la mujer. Entonces, saltó la chispa.

El detenido propinó un golpe a la mujer y, cuando su pareja recriminó su actitud, B.A.K. sacó un cuchillo de cocina de grandes dimensiones que llevaba escondido en el estómago. Lamentablemente, la pareja no se percató de las señales que una joven les hacía desde la otra acera tratando de alertarles de que no se enfrentaran a él. Y es que la mujer había visto cómo la empuñadura de un cuchillo asomaba por la camisa abierta del agresor.

Al ver el arma, el joven corrió, pero B.A.K. logró darle alcance pocos metros después. Una vez en el suelo, comenzó a apuñalarle. La joven embarazada se abalanzó sobre el agresor para auxiliar a su pareja, momento en el que ella también recibió una cuchillada.

“Muy nervioso”Los gritos alertaron a los vecinos de la zona. Al ver lo que sucedía, un comerciante del mercado de Santa Clara trató de evitar la agresión resultándo él también herido. “Intentaba quitarle al chico de encima, pero le acuchilló a él también”, indicaron desde el bar Zabalbide.

Al ver cómo los vecinos trataban de detenerle, el joven dejó a sus víctimas en el suelo y salió corriendo mientras gritaba: “Me estoy poniéndo muy nervioso”; “Han matado a toda mi familia”; “Esta vida es una mierda, estoy harto de todo”.

Al mismo tiempo, lanzaba puñaladas indiscriminadas logrando alcanzar a otra persona. “Estaba como loco, salió corriendo y lanzando cuchilladas al aire a diestro y siniestro”, narró otro testigo. Fue entonces cuando B.A.K. entró en el bar Errondaberri, una cafetería muy concurrida de Santutxu en la esquina entre las calles Zabalbide y José Miguel de Barandiarán, para refugiarse de sus perseguidores.

Allí se encontró con Kepa, M. O., vecino de Santutxu de 65 años y uno de los clientes habituales de la cafetería. Kepa trató de detenerle y el joven arremetió contra él propinándole varias puñaladas en el pecho y el abdomen que, a pesar de los intentos de los sanitarios por salvar su vida, le causaron la muerte.

En el interior del local se vivieron escenas de pánico. Entre gritos, los clientes trataban de huir o de refugiarse en los lavabos y en el almacen, mientras que el agresor alcanzó a un matrimonio al que sorprendió sentado en una mesa. “Todo pasó muy rápido, estabamos tomando un café y de repente comenzaron los gritos y, antes de darse cuenta, un señor estaba herido en el suelo y todos salimos corriendo”, explicaron dos mujeres todavía con el susto en el cuerpo.

B.A.K. salió de nuevo a la calle tratando de huir. Tras él, numerosos vecinos indignados por lo que acababan de presenciar. Uno de los mecánicos del taller que hay frente al bar, dos operarios municipales que trabajaban en la acera y varios vecinos salieron corriendo tras él armados con barras, una pala y una azada. “La gente intentaba detenerle pero no conseguían pararle. Estaba fuera de sí”, señaló una vecina. Finalmente, lograron reducirle golpeándole con una baldosa de una obra cercana.

La Policía Municipal llegó a tiempo para evitar que los ciudadanos se tomaran la justicia por su mano. El joven fue detenido y, posteriormente, fue ingresado en la unidad de Urgencias de Psiquiatría del Hospital de Basurto.

pronóstico grave Según informó Interior a última hora de ayer, dos de las cuatro mujeres heridas fueron intervenidas quirúrgicamente y presentan pronóstico grave. Se trata de una mujer de 30 años herida en la región toraco-abdominal y de otra de 47 años en el abdomen. Por su parte, los dos hombres heridos ya han sido dados de alta.

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