Alemania revive el espanto de la amenaza neonazi

El Correo, ENRIQUE MÜLLER CORRESPONSAL, 15-11-2011

«Es una vergüenza para Alemania». Con esta frase breve pero categórica, la canciller Angela Merkel resumió ayer el sentimiento nacional que contagió al país después de que la Policía descubriera, por casualidad, la existencia de una banda terrorista neonazi que asesinó a lo largo de una década por lo menos a diez personas – nueve de origen extranjero y una agente de la Policía – . El grupo también es sospechoso de haber realizado más de una docena de atracos bancarios y de haber hecho estallar una bomba en una zona peatonal de Colonia.

El 4 de noviembre, la Policía descubrió los cadáveres de dos hombres que aparentemente se habían suicidado con sendos disparos en la cara, en el interior de una caravana en una calle de Eisenach. Una de las pistolas pertenecía a la agente asesinada en 2007. Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, los muertos, habían decidido acabar con sus vidas después de cometer un atraco a un banco en esa ciudad.

Poco después, los bomberos y la Policía procedieron al registro de los escombros de una vivienda ubicada en Zwickau, donde vivían los dos ladrones y Beate Zsachäpe, quien habría provocado un incendio en la casa para destruir huellas y documentación. Pero los sabuesos descubrieron entre los escombros una pistola de origen checo y un vídeo de propaganda, aparte de otras evidencias.

Los hallazgos, hechos públicos el viernes, revelaron que el trío pertenecía a un grupo que se hacía llamar Movimiento Clandestino Nacional Socialista y que eran los autores del asesinato de nueve inmigrantes y de la agente. El vídeo muestra los cuerpos de las víctimas y grotescos montajes con la figura de la Pantera Rosa para indicar las escenas de los asesinatos. «Tour por Alemania. Nueve turcos tiroteados», señalaba un subtítulo de la escena de dibujos animados.

Pero el descubrimiento fortuito de la existencia de la banda terrorista enfrentó a las autoridades alemanas a un interrogante que puede culminar en un escándalo nacional. El grupo ya había llamado la atención, en 1998, a los expertos de la Agencia Federal de Protección de la Constitución, cuando los investigadores dieron con un taller para fabricar bombas en un garaje. El trío desapareció sin dejar huellas, pero al año siguiente se produjeron catorce atracos bancarios a lo largo y ancho del país. Entre 2000 y 2006, la banda asesinó a sangre fría a nueve inmigrantes, ocho de origen turco y otro griego.

Dudas razonables

La existencia del grupo hizo creer a la prensa germana que Alemania está amenazada por lo que bautizaron como la Fracción del Ejército Pardo, en alusión al grupo armado de ultraizquierda Fracción del Ejército Rojo, que en los años 70 asesinó a más de 30 personas en el país. El semanario ‘Der Spiegel’ fue un poco más lejos y sugirió que el trío podría haber recibido ayuda de la Policía política. «Existe la sospecha de que los tres podían haber sido informantes de la Agencia de Protección de la Constitución del Estado de Turingia», señaló la revista en su edición electrónica, al preguntarse cómo había sido posible que el grupo actuara impunemente durante diez años.

Los agentes también descubrieron entre los escombros de la vivienda incendiada papeles de identificación con nombres falsos, similares a los documentos que reciben agentes infiltrados en los medios terroristas o informantes.

Las sospechas obligaron al ministro del Interior federal, Hans Peter Friedrich, a exigir explicaciones a los responsables de la lucha antiterrorista de Turingia. «Resulta muy intranquilizador que no se reconociera relación alguna entre la serie de asesinatos en toda Alemania y el entorno de la ultraderecha», dijo al periódico ‘Bild’, que también se hace eco de las sospechas que pesan sobre los organismos de seguridad de ese Estado.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)