Más de un centenar de madres han renunciado a sus bebés en los últimos cinco años

Las Provincias, B. LLEDÓ | VALENCIA., 25-10-2011

Hace dos años María se quedó embarazada. Tuvo que dejar su trabajo como limpiadora, su pareja se desentendió y su familia, al otro lado del Atlántico, ni siquiera sabía que la joven iba a ser mamá. Desesperada, esta chica de 23 años decidió que iba a dar en adopción a su bebé. Llegó el día en el que María comenzó a sentir contracciones. Ingresó en el Hospital General de Valencia y dio a luz. Escuchar el llanto indefenso de su hijo le hizo cambiar de opinión. «No puedo hacerlo», espetó a las enfermeras. Decidió quedárselo y pudo sacarlo adelante con la ayuda de la Casa Cuna.

Sin embargo, en los últimos cinco años, más de un centenar de mujeres sí han optado por renunciar a sus bebés en la Comunitat. A 24 de octubre, 13 madres han expresado su deseo de dar a su hijo en adopción a otra familia en lo que va de año, según datos facilitados por la Conselleria de Justicia y Bienestar Social. La mayoría han sido en Alicante. Con este dato, se alcanza ya la cifra total de renuncias contabilizadas en todo 2010, cuando también hubo 13.

Las difíciles circunstancias socioeconómicas y la falta de apoyo familiar son las principales causas que abocan a muchas madres a tomar esta decisión. No se les pide explicación y siempre se mantiene su anonimato. Basta con que manifiesten expresamente su deseo de renunciar.

Para ello, estas gestantes «pueden dirigirse a los trabajadores sociales del centro de salud donde son atendidas, a los equipos municipales de los servicios sociales o a los servicios de protección de menores de la Generalitat», aclaran desde la Conselleria.

Desde el momento del alumbramiento, el neonato entra en el Sistema de Protección de Bienestar Social. A partir de ahí, se le hace un reconocimiento médico, se le declara en desamparo y se elige cuál es el mejor recurso.

La primera opción que se baraja es que el acogimiento por parte de la familia extensa. Cuando esto no es posible, el pequeño es asignado a una familia «declarada idónea» por el Consejo de Adopción de Menores de la Generalitat.

Según explica Raquel, trabajadora social de Casa Cuna Santa Isabel, una de cada cuatro chicas que ingresan en la institución lo hacen con la idea de entregar al neonato. «Son personas que no quieren abortar pero que creen que tampoco pueden sacarlos adelante. Al final son muy pocas las que lo hacen», asevera. María es una de las que ha decidido salir adelante.

Por la experiencia de Raquel, «la mayoría de mujeres que quieren renunciar a su hijo son inmigrantes, que están en situación irregular y solas aunque también hay valencianas», comenta.

Todas las embarazadas que llegan a la Casa Cuna con la intención de dar a sus bebé cuando nazca, lo hacen con un «discurso inicial muy frío y racional». Poco a poco, suelen cambiar de opinión y la mayoría decide cuidar al pequeño.

En lo que va de año, la entidad ha atendido a 45 mujeres. 19 de ellas han ingresado en el centro. «Además, hemos asistido a un total de 300 familias con falta de recursos. La ayuda consiste en alimentos, carros o paquetes», manifiesta.

Lo cierto es que la imagen de años atrás de la Casa Cuna desbordada ya no se repite en la actualidad. En la actualidad sobran plazas. Desde el centro apuntan a dos razones para explicarlo. «Primero porque muchas de las chicas atendidas son inmigrantes y con la crisis también ha caído el número de extranjeras que llegan a Valencia», cuenta Raquel, quien también señala a la aprobación de la ley del aborto y la dispensación de la píldora del día después, como otros factores que han llevado a esta realidad.

La renuncia no conlleva ningún delito civil ni penal. Tal y como matizan desde la Conselleria, «la legislación prevé esta posibilidad sin consecuencias penales. En cambio, el abandono sí acarrea graves efectos. Por un lado, está la responsabilidad penal, que deriva en prisión de hasta tres años, y por otro, la puesta en peligro de la vida de un menor, con lo que el castigo total puede llegar a cuatro años de cárcel», especifican.

Abandonos

El número de abandonos en la Comunitat desde 2003 supera la quincena. En estos casos, la Generalitat declara el desamparo y asume así automáticamente su tutela. La decisión final respecto al bebé se adopta cuando finaliza la investigación policial en relación a los hechos. También depende de si aparece o no la madre biológica, el padre o la familia extensa.

Si no es así, al menor se le asigna una familia educadora o va a uno de los 90 centros de acogida residencial de la Comunitat. Dentro de las familias acogedoras, están las de urgencia, disponibles las 24 horas del día para recibir en su hogar a un niño en el momento menos pensado, como cuando se da un abandono. Los pequeños permanecen con ellos entre seis y nueves meses.

Los lugares donde se han hallado niños desamparados en la Comunitat van desde estaciones de autobuses hasta jardines, aparcamientos y huertos de naranjos.

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