El concejal de Masquefa Juan José García Mora fue detenido ayer acusado de atropellar a Jordi Isart, un joven de la localidad que permanece en el hospital a la espera de ser operado de una fractura de tibia y peroné, a raíz de que este retirara con la ayuda de un ex edil del pueblo una bandera de España del Ayuntamiento.

Según algunos testimonios, el edil, que pertenece a la formación Força Masquefa, había colocado allí la enseña a primera hora de la mañana, después de comprobar que el edificio no lucía ni la de España ni la de Catalunya. García Mora, más conocido en el pueblo como Moravent,al parecer estuvo rondando el edificio a la espera de ver si alguien tocaba la citada bandera, del tipo que se se utiliza en los campos de fútbol, con el nombre de España en letras grandes, y no la oficial.

Un ex concejal independiente de la localidad – de una formación en la órbita de Iniciativa per Catalunya-y un joven la descolgaron finalmente. Acto seguido fueron embestidos, según su versión, por la furgoneta de García Mora, quien, además, intentó golpearlos con el mástil de la bandera.

El enfrentamiento y el atropello ocurrieron minutos después de las nueve de la mañana. En la fachada del Ayuntamiento de Masquefa no lucía una sola bandera, ni catalana, ni española, ni ninguna otra. “Nunca ponemos las banderas”, explicó el alcalde de CiU, Xavier Boquete, que tiene mayoría absoluta en el Consistorio.

Moravent es un hombre muy conocido en Masquefa. Desde su puesto de concejal ha protagonizado momentos muy intensos en los plenos. El resto de los concejales lo acusan de haberlos insultado y amenazado.

El edil ahora detenido había apoyado al gobierno municipal en la anterior legislatura desde su asiento de concejal, pero desde el grupo popular. CiU no tenía entonces la mayoría. En los últimos comicios, García Mora fue desplazado de la lista del PP y, sin encomendarse a nadie – afirman desde fuentes de ese partido-,organizó su propia formación política y se presentó a las elecciones. Y consiguió entrar en el Ayuntamiento, con más votos incluso que ERC.

Fuentes policiales aseguran que desde hacía días iba anunciando por los pasillos del Ayuntamiento que llegado el día 12 de Octubre esperaba ver la bandera española en el balcón del edificio consistorial, que si no, podría pasar cualquier cosa. Y ocurrió.

Xavier Manuel, ex concejal del Ayuntamiento, bajó temprano a comprar el pan y decidió descolgar la enseña. “Volví y empecé a forcejear con el mástil”, explicó a La Vanguardia.La otra víctima, el joven Jordi Isart, vio al ex concejal y se brindó a ayudarlo. Cruzaron la calle con la bandera en dirección a unos contenedores situados frente al Ayuntamiento. Desde algún lugar cercano, Moravent les estaba vigilando. Mientras acababan de conversar junto a los contenedores, García Mora supuestamente los embistió.

“He visto a Jordi en el suelo que no podía moverse y al agresor amenazándonos con el palo de la bandera”, relató Manuel. En esos momentos, un grupo de vecinos salió en su ayuda y evitó que fueran golpeados con el palo.

Según varios testigos, Moravent no permitió que nadie se le acercara y mantuvo a los presentes a raya esgrimiendo el mástil y blandiéndolo en el aire. Sólo ante la presencia policial – la comisaría está a 30 metros del lugar de los hechos-,el concejal depuso su actitud. Fue detenido en el acto y le fueron intervenidos el palo y la bandera. El joven fue trasladado a un centro hospitalario.

La noticia corrió rápidamente como la pólvora por todo el pueblo, aunque su aspecto a primera hora de la tarde era casi desértico. Los corrillos frente al Ayuntamiento se fueron formando sobre las seis y media de la tarde, cuando quedaban dos horas para el pleno extraordinario en el que el alcalde leyó una declaración institucional de condena de los hechos apoyada por todos los grupos municipales.

Anunciaron que el gobierno municipal se personará en el procedimiento judicial que se abra y que se tomarán todas las medidas necesarias para inhabilitar a García Mora como concejal. DAVID AIROB

“Esta declaración institucional – dijo el alcalde-no es una guerra de banderas, sino la reprobación de unos actos que no deberían haber sucedido nunca y menos por un representante político”. En la calle, no estaba tan claro que el asunto no estuviera relacionado con las banderas. Una joven llevaba una pancarta en la que podía leerse: “Que ningún trozo de tela valga más que una persona”.