AL DÍA

Seis de cada diez inmigrantes viven en pisos en malas condiciones

La mayoría reside de alquiler y en viviendas compartidas, según una encuesta del Gobierno Vasco

Diario Vasco, JAVIER GUILLENEA | SAN SEBASTIÁN. , 10-10-2011

Hay muros que caen cuando ambos lados se conocen. Sucede en Euskadi con los inmigrantes, muchos de los cuales se han topado con problemas de racismo y xenofobia a la hora de acceder a un empleo. Un 15,9% de la población parada de origen extranjero sostiene que su país de procedencia es un obstáculo para encontrar trabajo, pero esta sensación de rechazo disminuye una vez obtenido un contrato. Las estadísticas no lo dicen, pero es como si los inmigrantes se sintieran aceptados a medida que sus compañeros de trabajo comprueban que, a pesar del muro, son como ellos.
Conocer cómo viven y piensan las 1433.689 personas extranjeras que residen en Euskadi es el objetivo de una encuesta elaborada por el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco. El estudio, cuyas conclusiones generales fueron adelantadas por este periódico el pasado día 2, refleja la imagen de un colectivo joven que intenta vivir de su trabajo, que ahorra pese a sus bajos salarios, que trata de adaptarse a su nueva realidad y que se siente integrado socialmente.
Pero como el paraíso no existe, al menos en esta vida y clase social, la encuesta también describe a un colectivo que vive con estrecheces y sufre los rigores de la crisis económica. El 58,8% de los inmigrantes reside en viviendas en malas condiciones (con problemas de aislamiento, grietas, filtraciones de aire, goteras o humedad) o más pequeñas que la media (menos de veinte metros cuadrados por persona). Vivir en estos pisos supone para sus moradores un gasto medio por unidad de convivencia de 613,19 euros mensuales. La mayoría, el 69,2%, reside en inmuebles de alquiler y en vivienda compartida con otras personas.
Con unos ingresos medios per cápita de 863,49 euros en 2010 y, tras pagar el alquiler del piso, el 60,1% de los ciudadanos de origen extranjero se ha enfrentado en el último año a algún tipo de dificultad económica relacionada con la cobertura de las necesidades básicas de alimentación, vestido-calzado o vivienda, o con la capacidad para hacer frente a gastos imprevistos. Un 29,7% ha tenido de hecho problemas para hacer frente a las necesidades básicas.
Ayudas sociales
El precario equilibrio en el que viven los inmigrantes hace que este colectivo recurra a unas ayudas sociales que obtienen debido a su mala situación económica, lo que provoca sentimientos de agravio en un sector de la sociedad vasca. Un argumento muchas veces repetido es el que sostiene que el Gobierno Vasco destina a las personas extranjeras un dinero que dejan de percibir los autóctonos con necesidades.
Según la encuesta, un 36,2% de los inmigrantes pertenecen a unidades de convivencia que han accedido en el último año al sistema de servicios sociales. Desglosado este dato por conceptos, en los últimos doce meses un 25,4% de los inmigrantes ha percibido la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), un 16,3% ha accedido a la prestación complementaria de vivienda (PCV), un 5,1% a las ayudas de emergencia social (AES) de vivienda y un 2% a otro tipo de estas ayudas. Además, en un 10,2% de los casos este colectivo recurre a Cáritas u otras asociaciones de carácter no público.
Mundo del empleo
Los autores de la encuesta reconocen el «alto nivel de acceso a las ayudas», pero insisten en que los inmigrantes no acuden al País Vasco atraídos por las subvenciones sino por la esperanza de conseguir un trabajo a pesar de los bajos salarios que perciben. «Se observa una orientación dominante hacia el mundo del empleo, ya que de los 104,1 millones de euros mensuales ingresados con carácter ordinario por la población de 16 y más años de origen extranjero, el 78,1% (81,3 millones frente a 22,8) procede del trabajo o de rentas del capital», afirman.
El 87% de los encuestados tiene una valoración positiva de los vascos y el 80,8% se sienten al menos bastante integrados en la CAV. Este sentimiento no impide que el 28,6% conviva con alguna persona que ha sufrido problemas asociados a la condición de extranjero, la religión o a aspectos de tipo racial. En este contexto, 5.087 personas aseguran que han padecido dificultades graves vinculadas a formas de rechazo y maltrato de distinto grado y naturaleza.
Estos problemas llegan hasta la educación reglada, donde estudian 43.057 inmigrantes de todas las edades. Según la encuesta, hay menores de 16 años que sufren en los colegios episodios de rechazo por parte de sus compañeros. Los que más padecen este tipo de situaciones son los de origen boliviano (14,4%), seguidos de los de África (8,7%) y de jóvenes de diferentes países de la Unión Europea (entre el 5% y el 6,5%).

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