Internacional

Un hispano, el primero que no eligirá el menú de su última cena

Los reos ya no podrán elegir la comida que tomarán en la antesala de su ejecución

ABC, ABC / Madrid, 26-09-2011

Los condenados a muerte en Estados Unidos ya no podrán decidir cuál será su última cena. La hamburguesa con queso, que hasta ahora había sido la preferida por los reos de las cárceles norteamericanas, ya no podrá ser uno de los platos que elijan en su último menú. Aunque algunos extranjeros preferían establecer un último lazo con su país natal, como por ejemplo algunos mexicanos que tomaban tacos.

El presidente del Comité de Justicia Criminal del Senado estadounidense, John Whitmire, ha expuesto que es «extremadamente inadecuado» brindar tal privilegio a una persona sentenciada a muerte. Por su parte, el director ejecutivo del Departamento de Justicia Penal de Texas consideró que lo expuesto por Whitmire era una preocupación «válida».

Hasta ahora, los condenados a muerte indicaban dos días antes de su ejecución aquello que deseaban tomar a los guardias, a los que también informaban sobre cómo querían que su cuerpo fuese dispuesto una vez recibiesen la inyección que pone punto y final a su vida.

Las preferencias sobre los alimentos debían ajustarse a aquello que estuviese disponible en la cocina de la cárcel y siempre en una proporción adecuada.
El primero que no gozará de «privilegio»

Frank García fue condenado culpable en 2001 por el asesinato de su esposa en presencia de la hija de ambos y por disparar al policía que acudió al rescate. La ejecución del preso de origen hispano está prevista para el próximo 27 de octubre en Texas, día en el que tendrá que tomar como última cena aquello que dispensen ese día en la cárcel para el resto de internos.

El último que pudo elegir sus platos preferidos fue Lawrence Russel Brewer de 44 años, ejecutado en la noche del miércoles también en Texas. El delito que le llevó hasta la inyección letal fue por el odio racial. Fue condenado a muerte por asesinar de forma atroz al James Byrd Jr., al que encadenó a la parte trasera de su camioneta para después arrastrarlo por el asfalto hasta destrozar su cuerpo. Brewer, que pertenecía a una banda de radicales racistas, pidió dos milanesas de polllo, una hamburguesa con triple de carne, queso y tocino; quingombó frito, una libra de carne a la barbacoa, tres fajitas y una pizza. Como postre eligió helado y una tableta de caramelo con cacahuetes. Sin embargo, aunque eligió un extensísimo menú, no probó bocado, según indicaron los funcionarios de la prisión. Esta petición, provocó que el senador Whitmire instase a suprimir esta práctica.

Troy Davis es otro de los últimos presos que pudo elegir antes de ser ejecutado el pasado miércoles. Su caso es uno de los más mediáticos de los últimos tiempos, dadas las discrepancias que surgieron respecto al caso.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)