El uso de las tarjetas de una de las víctimas llevó a la detención del presunto asesino en serie

Diario Sur, JUAN CANO, 25-09-2011

Lo sorprendieron mientras hacía pesas en el gimnasio. No tuvo tiempo de reaccionar. Varios agentes se echaron sobre él y, tras inmovilizarlo, lo tumbaron en el suelo para colocarle los grilletes. Acababan de detener al principal sospechoso de los crímenes de dos mujeres en la Costa del Sol.

El arresto, que ha sido fruto de una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil, se realizó minutos antes de las cuatro de la tarde del viernes en la zona de Riviera del Sol. El presunto autor de las muertes es un hombre extranjero de 42 años. También ha sido detenida su compañera sentimental mientras se investiga su posible implicación en los hechos.

La pista fundamental del caso, y que a la postre llevó a estos arrestos, ha sido la tarjeta de crédito de una de las víctimas. Los agentes tuvieron conocimiento de que, horas después de la muerte de Susana M. F., alguien estuvo sacando dinero con su tarjeta en diferentes cajeros de la costa. Robaron más de dos mil euros de su cuenta corriente, según confirmaron las fuentes consultadas.

Las operaciones se realizaron introduciendo el número secreto, de ahí que los investigadores sospechen que la víctima, a tenor de las lesiones que sufrió, habría sido torturada hasta que confesó la clave bancaria. Su teléfono móvil también desapareció, aunque antes le habrían retirado la tarjeta SIM. El terminal ha sido intervenido en poder de la madre del detenido, aunque se cree que la mujer desconocía por completo su procedencia, precisaron las fuentes.

Como ayer adelantó SUR, se le considera sospechoso de los crímenes de dos mujeres en Mijas y San Pedro Alcántara. El primero fue el de Susana M. F., española de origen argentino, de 45 años, que fue hallada muerta el 11 de agosto – aunque la data sitúa el óbito en el día 10 – en el apartamento 205 del complejo Mansión Alhamar, en el kilómetro 197 de la antigua N – 340. El hijo de la fallecida fue quien encontró el cadáver, que yacía boca arriba sobre la cama del dormitorio con al menos quince heridas de arma blanca. Tenía una funda de almohada alrededor del cuello y, al parecer, habían intentado taparle la boca con un cojín.

A un kilómetro del domicilio

El lugar donde fue asesinada Susana M. F. está a un kilómetro escaso del domicilio del arrestado, un pequeño estudio situado en la urbanización Fontana Beach, en Riviera del Sol. Ayer, varios agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional inspeccionaron la vivienda, donde se intervinieron, entre otros efectos, varias prendas de ropa para su análisis en el laboratorio, así como unos teléfonos móviles. Según la agencia Efe, se han hallado numerosos indicios relacionados tanto con los homicidios como con los robos a las víctimas.

El registro, en el que estuvo presente la pareja detenida, comenzó sobre las diez y media de la mañana. Una docena de coches patrulla y vehículos camuflados irrumpió en la tranquila urbanización mijeña ante la atónita mirada de los vecinos, que se preguntaban a qué venía semejante despliegue policial. La inspección ocular, en la que participaron especialistas de Policía Científica provistos de trajes especiales para no contaminar el escenario, duró tres horas.

Tras ello, el detenido fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Mijas para ser interrogado. Los investigadores le han tomado las huellas para determinar su identidad, ya que en el momento del arresto portaba documentación falsa. Asimismo, se ha recabado una muestra de ADN para comprobar a través de Interpol si le constan antecedentes policiales o judiciales.

El segundo crimen que se atribuye al sospechoso es el de Maryuri Alice P. G., de nacionalidad española pero, como la anterior, de origen iberoamericano, concretamente ecuatoriano. Tenía 47 años. Su cadáver fue encontrado el 10 de septiembre en San Pedro Alcántara, en el interior de un piso de la calle Jaén, que es paralela a la antigua carretera nacional. Curiosamente, a menos de un kilómetro del domicilio de un familiar del sospechoso.

El cadáver de la mujer se encontraba en la cama, vestido, y con unas quince heridas de arma blanca. En el dormitorio se halló una cuerda con la que aparentemente habían intentado maniatarla. Y apareció otra escalofriante coincidencia. Según las mismas fuentes, se había llevado su teléfono móvil, al que también le habían quitado la tarjeta.

Las semejanzas entre ambos crímenes, así como los perfiles de las víctimas, ambas vulnerables y que se anunciaban en clasificados, llevaron a los investigadores a pensar en un mismo autor. El primer caso lo llevaba la Guardia Civil, mientras que el segundo, al ocurrir en Marbella, estaba dentro de la demarcación de la Policía Nacional. Finalmente, se creó un equipo conjunto con los mejores especialistas en investigación de homicidios de ambos cuerpos de seguridad.

Los agentes han trabajado con la hipótesis de que podía tratarse de un asesino en serie. De hecho, se está indagando en algún otro caso que ha tenido lugar en otra provincia española.

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