Mapa del desarraigo

El Mundo, E. ALVARADO, 23-09-2011

Según la Real Academia, migración es la «acción y efecto de pasar de un país a otro para establecerse en él. Desplazamiento geográfico de individuos o grupos, generalmente por causas económicas o sociales». En la distancia corta, una persona que migra es un ser humano desarraigado, un expatriado lejos de los suyos que no tiene más remedio que construir desde cero su razón de existir. Y en esta situación se encontraban cerca de 230 millones de personas en 2010, que juntos formarían el quinto país más poblado de la Tierra.

La Casa Encendida de Obra Social Caja Madrid cree que esta cifra (que representa el 3,5% de la población mundial) es lo suficientemente importante como para unir sus esfuerzos al periódico Le Monde Diplomatique en español y presentar hasta el 5 de enero la exposición Migraciones: un planeta en movimiento.

La muestra se compone de fotografías de reporteros como el afgano Zalmaï y Walter Astrada, entre otros, y de paneles explicativos en los que se representan y analizan pormenorizadamente los desplazamientos, transferencias y circulaciones. Además, cada panel cuenta con una pantalla táctil en la que se pueden visualizar varios microdocumentales que analizan en pocos minutos un aspecto fundamental del fenómeno migratorio.

Según Ferrán Montesa, responsable de la edición española de Le Monde Diplomatique, la muestra que ha comisariado nace, por definición, obsoleta, ya que las poblaciones que migran son algo vivo y en movimiento. Con todo, el esfuerzo del rotativo arroja como resultado una serie de datos que «para entender la situación de los flujos hoy».

Las migraciones históricas, el concepto de refugiado o de emigrante medioambiental, la fuga de cerebros… son algunos de los aspectos en los que profundiza el material de la muestra, cuyo comisario asegura que, «gracias al esfuerzo de cada emigrante, viven 10 personas en su país de origen».

Pese a los incentivos ofrecidos por el Gobierno de España para la repatriación de los inmigrantes y a que la crisis económica se ceba con estos trabajadores poco cualificados, «sólo uno de cada 10 inmigrantes ha regresado a su país de origen», asegura Montesa, quien denuncia que el 40% de la población del planeta vive con el 5% de la renta mundial.

La inauguración, ayer, de Migraciones contó con una performance dirigida por José Sanchís Sinisterra, Premio Nacional de Teatro, y protagonizada por cinco actores que interpretaban a españoles en situación de expatriación.

Un joven que vive en Londres y llama a casa impresionado por los zorros que ha visto deambular por la ciudad, una chica de Zaragoza que combate la soledad bailando, una andaluza que sostiene la economía de su familia en España, una limpiadora embarazada que intenta evitar que su madre la visite y un chico que desea volver y al que se lo impide un imaginario Servicio Obligatorio de Compensación… Las llamadas telefónicas de esos personajes a casa y sus monólogos persiguen, según su director, «plantear lo universal desde lo local; lo general desde lo personal».

Dice el politólogo argelino Sami Naïr que «emigrar es desaparecer para después renacer. Inmigrar es renacer para no desaparecer nunca más». A su máxima, en la terraza del edificio, los organizadores han unido los pensamientos de otros personajes como Mario Benedetti, Ignacio Ramonet, Koffi Annan, León Felipe, Juan Goytisolo, Ryszard Kapuscinski, Amin Maalouf, Ban Ki Moon… y la poetisa española Gloria Fuertes, a quien se atribuye una verdad universal: «La Tierra no es un regalo de nuestros padres; es un préstamo de nuestros hijos».

Migraciones: un planeta en movimiento. Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2). Hasta el 5 de enero. De lunes a domingo.

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