LLUÍS URÍA – París. Corresponsal
“Soy una mujer libre”, decía ayer con firmeza Kenza Drider. Su voz fluía con claridad a través del velo que ocultaba su rostro. Desde la profundidad de un niqab que sólo dejaba ver sus ojos color almendra, chocaban sus afirmaciones a favor de la igualdad entre hombres y mujeres.

Drider utiliza un cartel electoral que usurpa la imagen icónica del cuadro La libertad guiando al pueblo,de Eugène Delacroix. La figura semidesnuda que simboliza la libertad está cubierta con un velo integral de color rosa, única concesión a la feminidad. “En la calle, ¡la libertad es sagrada!”, reza el lema de la campaña.

Nacida en Aviñón hace 32 años, esta mujer menuda abandera desde hace meses la lucha contra la ley que, desde la pasada primavera, prohíbe llevar el velo integral en el espacio público. Ella dice que lo lleva por convicción desde hace trece años. Ahora ha decidido presentarse como candidata a la presidencia de la República. Es un acto de propaganda, de agitación, puesto que nunca llegará a reunir las 500 firmas de cargos electos que necesita para formalizar su candidatura al Elíseo. Pero qué importa.

Viéndola descender enfundada en su niqab pardo de un autobús cubierto de carteles electorales frente al Palacio de Justicia de Meaux – 55 kilómetros al este de París-se percibe su voluntad de provocación. El alcalde de Meaux, Jean-François Copé, secretario general de la conservadora UMP del presidente Sarkozy, promovió la ley contra el niqab.

Una decena de policías vigilaba la escena sin intervenir. Drider, por si acaso, prefirió no alejarse del autocar. “La ley que prohíbe el velo – dijo-representa una agresión a mi identidad de ciudadana francesa, a mi condición de mujer”. Luego se comparó con Rosa Parks, la activista norteamericana que en 1955 lideró el movimiento contra la segregación racial en los transportes públicos en EE. UU.

Kenza Drider no está sola. Tiene el apoyo de la asociación No Toques mi Constitución, liderada por el empresario Rachid Nekaz, que ha creado un fondo para pagar las multas a las mujeres que llevan el velo. También la respalda Hassan ben M´Barek, líder del Frente Independiente de Barriadas. Ambos son laicos y contrarios al velo pero defienden el derecho de las mujeres musulmanas a vestir como quieran.

Nekaz pagó ayer en Meaux las dos primeras multas – de 120 y 80 euros-en aplicación de la nueva ley. El pasado 5 de mayo, las dos sancionadas, Hind Ahmas y Najate Naït,fueron detenidas al intentar entrar en el Ayuntamiento de Meaux para regalar a Copé un pastel por su cumpleaños. “La ley ha convertido mi vida en un infierno”, se indigna Ahmas, que es portavoz de la campaña electoral de Drider.

Nekaz afirma que la policía ha detenido y amonestado a 136 mujeres por llevar velo. Su intención es impugnar la ley ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. El abogado Yan Gré afirma que “la ley condena a estas mujeres a un arresto domiciliario a perpetuidad”.

Una mujer madura de rasgos árabes, vestida a la occidental, asistía al espectáculo de Meaux con un mohín de disgusto. “Esto no representa al islam. Hay que acabar con esto”, murmuraba.