Viktor Simeonov Lauchev, vecino de Ansoáin de 26 años y de nacionalidad búlgará, falleció ayer tras ser doblemente apuñalado en el abdomen. El crimen tuvo lugar en el bar Tolo de esta localidad, hacia las 1.10 horas de la madrugada del sábado al domingo, en plenas fiestas patronales. Al parecer, varios testigos presenciales relataban ayer que la agresión tuvo lugar tras una discusión, en la que la víctima recriminó su comportamiento a tres clientes del bar. Éstos reaccionaron apuñalándole mortalmente.

El encuentro se produjo cuando la víctima se dirigió al establecimiento, un bar situado en el centro de Ansóain, porque allí trabaja como camarera su mujer, embarazada de cuatro meses.

Según explicaron varios testigos presenciales, una vez en el interior del bar, una mujer le comentó a Viktor Simeonov que tres hombres le estaban molestando. En respuesta, Simeonov pidió a los varones que la dejaran en paz y se dio la vuelta en dirección hacia donde se encontraba su esposa. En ese momento, uno de ellos sacó una navaja de dimensiones considerables, se le echó encima y le asestó dos navajazos en la zona abdominal, que le provocaron una gran pérdida de sangre. Aunque los servicios sanitarios desplazaron hasta el bar una ambulancia medicalizada procedente del parque de bomberos de Cordovilla, Simeonov llegó ya muy débil al Complejo Hospitalario de Navarra, “en estado de shock”, según el parte médico, y ya nada se pudo hacer por salvar su vida.

Agentes de la Guardia Civil, encargados de la investigación de lo sucedido, detuvieron ya a las pocas horas a los tres varones supuestamente implicados en la agresión; de etnia gitana, y dos de ellos menores de edad. Los tres prestaron declaración a lo largo del día en las dependencias policiales. Es previsible que hoy los dos menores comparezcan ante la Fiscalía de Menores, mientras que el tercer varón, mayor de edad, prestará declaración entre hoy y mañana ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Pamplona.
Suspenden las fiestas patronales y decretan dos días de luto

La junta de portavoces del Ayuntamiento de Ansoáin acordó ayer, en una reunión de urgencia celebrada a las 8.30 horas de la mañana, suspender las fiestas patronales como muestra de dolor por la muerte de uno de sus vecinos en una pelea que tuvo lugar durante la noche del sábado al domingo en un bar de la localidad. Asimismo, también decretaron dos días de luto oficial, que comenzaron ayer, y colocaron las banderas del Ayuntamiento a media asta como señal de duelo. “Lo único que hemos permitido es que las atracciones estén abiertas un rato por la tarde, sin música ni ningún otro elemento festivo, para que los más pequeños puedieran gastar las fichas que tuvieran en casa”, se sinceró Antonio Gila, alcalde de Ansoáin (PSN).

La propuesta de acuerdo municipal también incluye “una condena enérgica” del suceso. “Queremos transmitir nuestras condolencias más sinceras a la familia de Viktor en estos momentos tan duros, así como ponernos a su plena disposición para ayudarles en todo lo que podamos y necesiten”, apuntó el alcalde.

Cooperación vecinal

El Ayuntamiento, además, aseguró que se personará como “acción popular en el proceso judicial”, según indicó Gila, quien también reconoció que la corporación, al igual que los vecinos de Ansoáin, se encuentran “dolidos y abatidos”.

“Nos enteramos de lo sucedido cerca de las cinco de la mañana y para las ocho y media ya estábamos reunidos. Ha sido un auténtico “mazazo” para todos. No podemos permitir que ocurran sucesos de estas características, por eso pensamos que nuestro deber es apoyar a la familia y los cuerpos de seguridad en todo lo que sea posible", expresó.
La familia: “Nos lo han matado”

La familia de Viktor Simeonoff Lauche, apuñalado mortalmente durante la madrugada del sábado al domingo en el bar Tolo de Ansoáin, no pudo reprimir su dolor. Visiblemente afectada por lo sucedido, apenas podía articular palabra. “Mi cuñado era una persona tranquila, ni siquiera bebía. Era una persona trabajadora que había venido a Navarra a ganarse la vida de manera honrada y sin meterse con nadie”. Otros familiares ni siquiera fueron capaces de terminar sus palabras. “Era una buena persona, no lo entiendo…”. La mujer de Simeonoff, embarazada de cuatro meses de su primer hijo, fue testigo directo de lo sucedido. “Está destrozada. Ha visto cómo apuñalaban y mataban a su marido. Nos lo han quitado, no hay palabras que valgan”.