Noruega castiga a la ultraderecha en las primeras elecciones tras la matanza

La Vanguardia, , 14-09-2011

OSLO – Agencias

El Partido del Progreso, en cuyas filas militó el asesino de Utøya,pierde un tercio de los votos
La derecha populista xenófoba ha sido la gran derrotada de las elecciones municipales en Noruega, la primera cita en las urnas para sus ciudadanos desde la matanza perpetrada el pasado 22 de julio por un fanático de ultraderecha y antimusulmán, que costó la vida a 77 personas.

El Partido del Progreso (PP), segunda formación en el Parlamento y en cuyas filas había militado el asesino, Anders Behring Breivik, ha perdido una tercera parte de sus votos respecto a las locales del 2007. La caída es incluso más dura si se compara con las legislativas del 2009: el resultado del partido xenófobo ha quedado reducido a la mitad.

Según su líder, Siv Jensen, el derrumbe “se explica en gran medida porque hemos tenido un año extremadamente duro y no hemos tenido muchas ocasiones de exponer nuestra política”.

El PP se ha esforzado sin demasiado éxito en distanciarse del extremismo y la violencia de Breivik. Sin embargo, los analistas señalan que ya estaba muy desgastado antes del atentado debido a un escándalo sexual ocurrido a principios de año y que la dirección no ha sabido gestionar.

Paralelamente, el gobernante Partido Laborista, principal objetivo de los ataques (Breivik hizo estallar un coche frente a oficinas gubernamentales y luego mató a tiros a 69 personas en la isla de Utøya,donde se celebraba un campamento de las juventudes laboristas), ha salido reforzado. Ha aumentando sus votos dos puntos porcentuales, una subida modesta pero alejada del revés que pronosticaban los sondeos antes de julio, pero también del 40% que algunos habían augurado como resultado de una ola de simpatía.

Han sido los conservadores, en la oposición, quienes han tenido mayores ganancias, con sus mejores resultados en unas elecciones municipales desde 1979 debido al trasvase de votos del PP.

Los analistas, sin embargo, consideran que la influencia de los atentados sobre la votación ha sido limitada. La participación, por ejemplo, ha sido modesta – sólo un 0,8 puntos más que en el 2007-pese a los llamamientos políticos en favor de una movilización masiva. “Tras la tragedia nacional de este verano, habíamos hecho de esta votación una especie de referéndum sobre nuestra democracia, que debía traducirse en una fuerte movilización – dice Harald Stanghelle, analista del diario Aftenposten-.No ha sido así. Estoy sorprendido y triste”.

Otros ven una prueba de la solidez de la democracia noruega. “Es una felicidad que un asesino de niños sin escrúpulos haya tenido tan poco efecto sobre el paisaje político”, opina Tore Gjerstad, del Dagens Naerinsgliv.

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