Alemania, Francia y España rechazaron ayer que la UE asuma nuevos poderes para autorizar la reintroducción temporal de fronteras en el espacio Schengen. En una declaración conjunta, los tres países subrayaron que el control de los límites nacionales está directamente relacionado con «la seguridad», una materia que a su juicio corresponde a los Estados. Bruselas presentará el viernes su reforma de la Europa sin fronteras derivada de la crisis migratoria que sufrió Italia la pasada primavera.

Los gobiernos de Berlín, París y Madrid remarcaron en su documento común que comparten la necesidad de introducir nuevos mecanismos en Schengen. Incluso, admitieron que la UE debe desempeñar un papel principal en colaboración con los socios comunitarios. Los tres países, sin embargo, insistieron en que Bruselas no puede responsabilizarse de la posibilidad de reinstaurar las fronteras. «Una decisión así está basada en una intensa evaluación de la seguridad nacional que solo puede ser llevada a cabo por los Estados miembros», señalaron.

El conjunto de la Unión Europea trabaja desde hace semanas en una nueva normativa para regular el espacio Schengen a petición de los socios comunitarios. Esta legislación incluirá la opción de levantar temporalmente las aduanas si un país no es capaz de manejar sus fronteras.