EN LA calle Esquíroz

Cae una red que explotaba a mujeres asiáticas en pisos de Pamplona y Sevilla

la policía nacional detiene a cuatro miembros de una familia china La casa de citas, situada en Iturrama, continuaba ayer prestando servicios sexuales

Diario de Noticias, jesús morales, 13-09-2011

La casa de citas pasa aún desapercibida para la mayoría de los vecinos que comparten portal en la calle Esquíroz de Pamplona, en el barrio de Iturrama. Aunque la Policía Nacional detuvo hace algunas semanas a cuatro miembros de una misma familia china acusada de esclavizar sexualmente a mujeres asiáticas en viviendas ubicadas en Sevilla y en la capital navarra, el negocio sigue funcionando a pleno rendimiento. “A partir del miércoles hay una chica nueva”, informaba la única inquilina que ayer por la tarde se encontraba en el piso.

pamplona. Alojamiento de numerosos universitarios recién llegados a la capital navarra, en el inmueble sólo algunos vecinos saben de la casa de citas situada en la primera planta. En ella, la Policía Nacional detuvo a la hermana de la pareja sentimental del cabecilla de la red, y al hijo de aquella, aunque en el momento de la entrada y registro del domicilio no se encontró a ninguna mujer que estuviera siendo explotada. La única chica que había ayer en el interior de la vivienda aseguraba en un forzado castellano que solo hace “masajes”, aunque admitía que “otra chica está en un salida. Venga el miércoles o el jueves, que habrá otra nueva”, repetía.

El responsable del grupo, un varón acusado de tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, favorecimiento de la inmigración ilegal y delitos contra los derechos de los trabajadores y relativos a la prostitución, era el propietario de las tres viviendas, la ya mencionada de Pamplona y otras dos en Sevilla. Asimismo, los agentes han arrestado a su pareja sentimental, encargada de controlar a las chicas, gestionar la recaudación y atender a los clientes; la hermana de éste, con las mismas funciones de mami pero en la casa de Pamplona; y a su hijo, responsable de insertar anuncios en la prensa.

esclavas sexuales Las mujeres eran convertidas en auténticas esclavas sexuales, ya que debían estar disponibles 24 horas al día para responder a las demandas de los clientes, e incluso ponían en peligro su salud al ofrecer, por 10 euros más, los servicios sexuales sin profiláctico. Las mujeres eran forzadas para saldar la deuda contraída con los ahora detenidos, quienes les facilitaron los billetes de avión y la documentación necesaria para el cruce de fronteras. Tenían coartada su libertad de movimiento, ya que debían rendir cuentas antes, durante y después de cada servicio prestado, y tenían directrices tasadas que cumplir.

El grupo se quedaba con más del 50% de lo recaudado por las mujeres que, según la Policía, eran captadas en sus países de origen, donde vivían en situaciones precarias, o en España, donde residían en situación irregular. Las mujeres eran explotadas y trasladadas de unos domicilios a otros, como pura mercancía, y estaban siempre vigiladas por la mujer del cabecilla o su hermana.

La investigación comenzó a mediados de 2010 al detectar un domicilio en la capital sevillana donde se ejercía la prostitución. Los agentes encontraron conexiones con otra vivienda también ubicada en Sevilla y una tercera casa localizada en Pamplona además, todas ellas disponían de cámaras de vigilancia clandestinas para observar a las personas que se acercaban a los inmuebles e intentar así anticiparse a cualquier actuación policial.

En los registros de las tres viviendas se han intervenido 3.925 euros en efectivo; justificantes de ingresos y transferencias bancarias que superan los 200.000 euros; dieciséis teléfonos móviles; diversos equipos informáticos; una cámara de vídeo que contenía fotografías eróticas de otras supuestas víctimas, y numerosa documentación que acredita el lucro y el férreo control al que eran sometidas las víctimas.

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