Encadenada al pasado

Una exitosa actriz pide que se deje sin efecto una orden de prisión por un antiguo robo de chatarra. La mujer, gitana y chabolista en Sevilla, triunfa con ‘La casa de Bernarda Alba’

El Periodico, EL PERIÓDICO SEVILLA , 12-09-2011

El pasado llama a la puerta de Carina Ramírez, una de las gitanas del asentamiento chabolista de El Vacie (Sevilla) que desde hace dos años representa con éxito por toda España La casa de Bernarda Alba . Carina, de 24 años y madre de un niño de seis años, una niña de cinco y un bebé de seis meses, ha pedido a la justicia que deje en suspenso una orden de ingreso en prisión que pesa sobre ella por no haber pagado la indemnización de 1.596 euros derivada de una condena por un robo de chatarra cometido en el 2008, antes de ser descubierta para la escena.
El abogado de Carina declaró a la agencia Efe que la mujer no puede pagar la deuda porque acaba de hacer el «enorme esfuerzo humano y económico» de abonar 3.600 euros que debía por otro robo cometido por las mismas fechas.
Entre el 2004 y el 2008, con dos críos pequeños y el marido en la cárcel, Carina subsistía tirando de un carrito con el que recogía chatarra por las calles. Igual que otras amigas del poblado de chabolas donde sigue viviendo. En ocasiones, la chatarra no estaba abandonada; es decir, la robaba. En aquel tiempo, Carina participó en el reality show de Cuatro 21 días. Los padres de Carina acogieron en su casa a la televisiva Samanta Villar, quien acompañó cámara en ristre a Carina en busca de chatarra. La emisión del programa dio pie a la apertura de otro proceso por el robo de unos hierros valorados en 900 euros. El fiscal le pide por eso otro año y medio de cárcel. Samanta Villar, que conducía la furgoneta en la que iba aquel día Carina, fue exculpada.
Meses después, el teatro cambió las vidas de Carina y otras siete mujeres gitanas de El Vacie de entre 18 y 55 años de edad. Una de ellas es su propia madre, Rocío Montero, poseedora de un destacado talento teatral. «Yo hago de Bernarda, pero tú eres Bernarda», le dijo Núria Espert cuando la vio en el Teatro Español. Todas ellas se habían inscrito en un taller de teatro social en el asentamiento chabolista y resultaron seleccionadas para interpretar La casa de Bernarda Alba con la compañía Atalaya, cuyo Centro TNT está a dos pasos de El Vacie. Desde el estreno del atrevido montaje, en noviembre del 2009, el éxito ha distinguido a las ocho actrices no profesionales.
Casi olvidados los tiempos de la chatarra, Carina trabaja como actriz (percibe poco menos de un centenar de euros por actuación), está realizando los trabajos comunitarios que le fueron impuestos en sustitución de una primera condena de cárcel y ha pagado una de las dos indemnizaciones fijadas. Alegando todo eso, además del «ambiente marginal en que vive» y la «actual situación de crisis», el abogado de la actriz ha pedido a la Audiencia de Sevilla que sustituya la orden de prisión por una pena de localización permanente. Encarcelar a Carina supondría «olvidar todo lo conseguido hasta ahora, haría inútil trabajar como actriz, gastarse lo ganado en pagar los daños ocasionados y tener un hijo», y mandaría a la mujer el mensaje de que «nada sirve al final para alejarse de la prisión y de una mala vida que parece que le ha tocado vivir sin remisión». «Sería una verdadera pena y una tremenda injusticia no comprender su situación personal y no ayudarla a alcanzar la tan ansiada reinserción social», concluye la apelación.

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