JORDI RIBALAYGUE / Badalona
Hace casi un año, Xavier García Albiol
estaba citado en la Ciudad de la
Justicia. El edil del PP debía responder
a las preguntas del fiscal después
de que se iniciara una investigación
por los panfletos con tintes
xenófobos que los populares distribuyeron
en Badalona en abril de
2010. La escena se repitió ayer, con
mínimos cambios en la puesta en
escena. Albiol volvió a pisar los tribunales
para declarar sobre unos
dípticos que sugerían que los rumanos
de etnia gitana cometen actos
delictivos y agravan la inseguridad.
De nuevo, le respaldó la presidenta
del partido, Alicia Sánchez Camacho,
y las afirmaciones de ambos
ante los medios fueron casi calcadas
a las de hace 11 meses. Incluso, se
apreciaba a la puerta de los juzgados
de Badalona el mismo clima
preelectoral que caldeaba la política
catalana un año atrás.
La diferencia (y nada menor) es
que Albiol clamaba en la oposición
cuando explotó la polémica del folleto
y ahora es el alcalde de la tercera
ciudad más poblada de Cataluña.
«He dado las mismas aclaraciones
que al fiscal», dijo elmandatario tras
una hora larga de comparecencia,
«no he señalado a nadie por nacionalidad
ni etnia, lo que hice fue advertir
de un problema y proponer soluciones
». Una vez más, se enrocó
en el discurso que ha patentado: «No
callaré nime harán callar sobre los
problemas que se están viviendo en
determinados barrios de Badalona».
García Albiol declaró que con los
folletos pretendía denunciar un problema
del anterior gobierno local y
no vincular inmigración y delincuencia
aunque admitió algún «exceso
verbal», según explicaron fuentes judiciales.
Destacó que se repartieron
unos 300 ó 400 ejemplares pese a
que se editaron 15.000 y admitió utilizar
un término inapropiado cuando
utilizó la expresión «plaga» para
referirse al colectivo de gitanos rumanos
en una entrevista televisiva.
El alcalde popular evidenció que
está convencido de que las duras
opiniones que emite sobre los inmigrantes
–en especial, sobre los indocumentados–
concuerdan con el parecer
de buena parte de los badalonenses
que le dieron la victoria en
las municipales. Además, convirtió
el proceso judicial en una causa
«política» contra el PP y sus votantes.
«Sería una tremenda injusticia
silenciar la voz de miles de vecinos que lo están pasando mal», sentenció
Albiol, al que la querella interpuesta
por SOS Racisme y la federación
de asociaciones gitanas imputa
un presunto delito de
incitación al odio racial.
En cuanto a los romaníes, tampoco
se reprimió a repartir más azotes:
«El problema más importante
que tenemos en algunas zonas es la
inseguridad, y una parte importante
la crean individuos que son rumanos
gitanos. Es un dato objetivo
y por eso no me voy a callar».
Arropado por los concejales del
PP en Badalona y el secretario general
de la formación, Jordi Cornet, el
alcalde dijo que «hay vecinos que
tienen la desgracia de sufrir una situación
que no se desea a nadie» y
reiteró la promesa de actuar «con
contundencia» contra «los que han
venido a crear problemas y a hacer
la vida imposible».
El caso de la propaganda se inició
con una denuncia de ICV-EUiA ante
la Fiscalía, a la que se sumó un
informe del Govern tripartito. En
noviembre de 2010, el juzgado de
instrucción número 2 de Badalona
aceptó una querella de SOS Racisme
y el fiscal se inhibió. Pese a que
se archivó, la Audiencia de Barcelona
reabrió el caso justo después de
que el PP venciera en los comicios.
«Han querido perjudicar al PP pero
no les ha salido bien», se defendió
Albiol, quien llegó a verse en algún
momento fuera del Consistorio por el
pasquín que entregó con Sánchez-
Camacho y que la dirección nacional
desautorizó.
SOS Racisme replicó que el PP es
«el único que ha llevado el tema al
ámbito político» y tildó de «excusa»
que los populares sugieran que la denuncia
se tramitó pocas semanas antes
de las autonómicas para torpedear
la candidatura del partido. «La
defensa de los derechos humanos, la
lucha contra el discurso del odio y
las injurias contra colectivos son delitos
tipificados en el Código Penal»,
recordó la organización.
Sánchez-Camacho cubrió de elogios
a Albiol, al que describió como
un alcalde «acosado» por unas ideas
que ella misma suscribió. «Miembros
del Govern y del Gobierno del
Estado han reconocido muchas de
las cosas que hemos defendido», dijo
la presidenta del PP catalán.