Un mal recuerdo de Barcelona

Retiran una colección de chapas que critica los actos incívicos de la Ciudad Condal como nuevo souvenir cargado de polémica

Diario Vasco, MARÍA ZÁRATE | SAN SEBASTIÁN., 08-09-2011

La prostituta, el vendedor del top manta, el ladrón, las duras cargas policiales de los Mossos d´Esquadra y los vendedores ambulantes de flores de plástico y latas de cerveza. Ningún alcalde querría que este conjunto de problemas fueran protagonistas en su ciudad y menos aun hacer publicidad de ello. Es lo que ha conseguido un grupo de seis pins que promocionan los aspectos más polémicos de la ciudad Condal.
Cada chapa está decorada por una silueta y un nombre específico que no ha dejado indiferente a nadie: la puti, mantero, ¡al ladrón!, mossos, ¿rosa amigo?, y ¿servesa-bier? Hasta el martes se podían adquirir en la librería La Central del Museu d’Art Contemporània y del Museu d’Història pero el Ayuntamiento de Barcelona ya ha detenido su comercialización que empezó hace quince días.
Arcadi Royo y Margalida Montoya, arquitectos y diseñadores de la empresa Chapateao, han sido los creadores de la colección ‘Enjoy Barcelona’ (‘Disfruta de Barcelona’) para mostrar el lado más oscuro de la ciudad que «algunos quieren esconder, pero que es real y existe». Los artistas suelen sufrir ante la falta de inspiración pero Royo no ha tenido que afrontar grandes dificultades ya que su propia experiencia le ha bastado de sobra.
Cansado de esquivar a prostitutas por la Rambla, de que los policías carguen con violencia en cada manifestación y de tener que aguantar el robo constante de hasta cinco bicicletas, Royo decidió expresar su indignación a través de estos souvenirs reivindicativos. Un hobby convertido en trabajo para «aguantar la crisis».
Como era de esperar, el equipo del primer edil Xavier Trias abrió el martes un expediente informativo a través del Instituto de Cultura de Barcelona por la venta de estos objetos que «promueven actividades incívicas». Parece que no han captado muy bien el mensaje y todos los pins han sido retirados de las tiendas de los museos de titularidad municipal.
«Nos ha sorprendido y a la vez nos ha entristecido tanto revuelo», afirmó la socia de Royo, Margalida Montoya. La «desproporcionada» reacción es un error porque según estos diseñadores «si no se exhiben estas cosas parece que no existen». Montoya destacó que al contrario de lo que piensa el ayuntamiento, con las siluetas de las chapas pretendían hacer una crítica social efectiva.
Antes de la retirada de los pins, la librería La Central aseguró que se estaban vendiendo «bastante bien» y esto sumado a la publicidad gratuita que están ganando, las ‘chapas incívicas’ podrían seguir con vida en otras tiendas para sorpresa de muchos turistas.

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