Finge que le roban y apuñalan para ocultar la pérdida de 3.000 euros

La Verdad, J. A. G., 07-09-2011

El trabajador, llevado en camilla a la ambulancia, ante la mirada de agentes de la policía. :: J. M. RODRÍGUEZ / AGM

El miedo a perder el trabajo, sobre todo cuando a tu alrededor el desempleo no deja de crecer, puede llevarte a situaciones desesperadas. Pero la situación se te puede ir de las manos si la mecha que enciendes prende en forma de estallido violento y racial. Eso es lo que pudo ocurrir ayer en Cartagena de no ser porque la rápida y hábil intervención de la Policía Nacional desmontó un falso caso de robo y apuñalamiento en el que la fingida víctima acusó a un inmigrante magrebí.

Todo empezó hacia la una de la tarde en la céntrica calle Escorial, paralela a la calle Mayor. El 112 recibió el aviso de que un hombre de unos 35 años de edad y en apariencia empleado de una compañía de suministro de butano, cuya camiseta identificativa vestía, estaba sentado en el portal del número 9 sangrando a la altura del abdomen debido a que acababa de ser apuñalado.

De inmediato se trasladaron al lugar agentes de la Policía Local y la Comisaría que patrullaban por la zona y un equipo del Servicio Murciano de Salud, que según fuentes de la investigación lo encontró con la mano en el abdomen taponando una herida que resultó ser de carácter superficial.

En el suelo había unas gotas de sangre, pero el hombre no había perdido la consciencia. Así que aunque lo encontraron un poco aturdido, mientras era atendido ‘in situ’ y antes de que lo llevaran en camilla a la calle del Cañón, donde estaba la ambulancia, pudieron interrogaron sobre lo ocurrido.

Trasladado al Santa Lucía

Según las mismas fuentes, el hombre relató que un joven de origen magrebí, de veinte a veinticinco años de edad, 1,70 metros de altura, complexión delgada y vestido con una camiseta blanca se le había acercado por sorpresa y le había exigido que le entregara el dinero de la recaudación casa por casa que llevaba encima, unos 3.000 euros.

La supuesta víctima añadió que, para evitar que le robaran, sacó una navaja que portaba encima (las dimensiones no trascendieron) pero que se inició un forcejeo como consecuencia del cual acabó recibiendo un pinchazo con la citada arma.

El herido fue trasladado al Hospital Santa Lucía, donde fue dado de alta al poco tiempo, según informó un portavoz sanitario. Y sin perder un segundo, la Policía montó un operativo especial para tratar de localizar al sospechoso, a través de la descripción facilitada. Lo céntrico del lugar, y por lo tanto la mayor concentración de personas, exigía gran premura.

Sin embargo, con el paso de las horas la versión fue perdiendo credibilidad a ojos de los agentes. Las imprecisiones del relato y los indicios de una autolesión acabaron por llevar al denunciante a admitir que había simulado el robo y la agresión, y se hirió a sí mismo.

Lo hizo, según fuentes del caso, llevado supuestamente por el «agobio» de no encontrar el dinero de la recaudación del día anterior. Maquinó el engaño, pero le salió mal. Y su referencia al inmigrante pudo acabar peor. Acabará ante el juez de guardia.

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