ENRIQUE FIGUEREDO – Barcelona

La ladrones usan la T-10 para ir a plaza Espanya desde las estaciones de Santa Coloma y Fondo
Su quehacer delictivo es tan sistemático y se rige por horarios tan fijos que quienes roban a los turistas que van a ver la fuente de colores de Montjuïc,al ser interrogados por la policía acerca de su profesión, ellos responden: “Yo soy carterista”. Estos ladrones actúan siempre que la famosa fuente despliega sus chorros de colores durante la noche. Su principal escenario de actuación son los pasillos de la estación de metro de la plaza Espanya, aunque a veces se mezclan entre el público que rodea la famosa atracción.

Los ladrones que se dedican a estos menesteres, cuya inmensa mayoría es de origen rumano, ejemplifican a la perfección el problema de la multirreincidencia. Por las veces que muchos de ellos han sido detenidos por los mismos hechos se entiende que hayan acabado asumiendo que la obtención ilegítima de lo ajeno se ha convertido en su oficio.

La experiencia policial demuestra que la consolidación de su medio de vida en el robo se comprueba, por ejemplo, en que acuden a plaza Espanya siempre en metro usando la tarjeta multiviajes T-10. “A veces la compran y otras veces se la roban a las víctimas”, explica una fuente policial. Y es que la mayoría de ellos llega a la zona gracias a la línea 1, procedentes de las estaciones de Santa Coloma y Fondo.

Acuden en grupo a la zona de plaza Espanya, sobre todo, cuando funciona la fuente de colores. Se camuflan vestidos de turistas. Llevan bermudas, gorras y, muy especialmente, un plano de la ciudad. Este artículo es la mejor barrera visual para que el turista no vea cómo le meten la mano en el bolso mientras le preguntan por alguna dirección. Este es el principal modo de proceder. También llegan a las fuentes, donde se mezclan con el público. Pero existe un grupo muy organizado que prefiere los pasillos de la estación, cuando los espectadores de la fuente empiezan a llegar o cuando abandonan la zona.

El pasado sábado, cerca de la media noche, una patrulla de paisano de la Guardia Urbana descubrió a un grupo de ladrones en un banco de la carretera de Sants. Estaban revisando una bolsa robada. Eran nueve. Los agentes se abalanzaron sobre ellos y se produjo una dispersión. Fuentes policiales explican que es muy frecuente que. en cuanto se marcha el público, los rateros se vayan a un rincón a repartirse el botín.

Los guardias acabaron por detener a tres carteristas. Usaron violencia para robar a su víctima y, además, uno de ellos se peleó con un agente, que está de baja. Fue detenido el pasado sábado. Ayer ya estaba en la calle.