La violencia empañó la madrugada de ayer el normal desarrollo de las fiestas de Plentzia, en concreto dos enfrentamientos con armas blancas y botellas que acabaron con dos jóvenes ingresados en el hospital de Cruces. El agredido con la botella también presentaba heridas en la cabeza por lo que recibió atención sanitaria en el mismo lugar de los hechos.

El primero de los incidentes ocurrió sobre las dos y media de la madrugada, cuando dos jóvenes de origen magrebí comenzaron a discutir en la calle Erribera que estaba atestada de gente debido a que es uno de los focos principales de la celebración nocturna de los San Antolines. Según testigos, varias personas lograron separar a los que se peleaban y retiraron una navaja que portaba un chico de 24 años.

El joven – «visiblemente alterado», según otro vecino – recogió del suelo una botella de cerveza para emprender la persecución de su rival al que dio alcance en la plaza del Astillero, donde retomaron el enfrentamiento. Durante la pelea, el joven asestó un botellazo en la cabeza al otro implicado en la reyerta, de 30 años, que al parecer habría respondido asestándole un navajazo por la espalda al primero, también según testigos. La Ertzaintza detuvo a los dos implicados acusados de agresiones, si bien el herido por arma blanca ingresó en Cruces por la gravedad de sus lesiones, según el Departamento de Interior.

Pero la agitada noche no terminó ahí. Media hora después, la Policía autonómica recibía aviso de una nueva agresión, esta vez en la zona de las barracas. Los agentes localizaron a un joven con una herida en el pecho tras recibir un navajazo, por lo que fue trasladado de inmediato a un centro sanitario. En las cercanías localizaron e identificaron a un menor de 16 años – también de origen magrebí – como presunto autor de los hechos procediendo a su arresto por un delito de lesiones con arma blanca.

Según testigos, la detención resultó muy complicada debido a que «una treintena de amigos de la víctima trataron de agredir» al agresor – menor de edad – cuando ya estaba esposado, lo que obligó a establecer un cordón policial con agentes de la Brigada Móvil para protegerle.

«Sin perder la cabeza»

La alcaldesa de Plentzia, Isabel Zarauza, lamentó estos hechos durante la celebración de unas fiestas que «siempre se han caracterizado por la tranquilidad y la diversión». Zarauza confió en «la rápida recuperación» de todos los heridos, al tiempo que pedía a la gente que «se divierta, pero sin perder la cabeza».

Las fiestas de Plentzia no comenzaron, precisamente, con buen pie. En la madrugada del pasado miércoles, dos vehículos quedaron totalmente calcinados y otro resultó con serios daños cuando estaban aparcados junto a la estación del metro. Desde el principio se contempla la posibilidad de que las causas del incendio fueran fortuitas, pero la Ertzaintza mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.