Un grupo de nigerianos amenaza a los agentes de la Policía Nacional, ayer, en Palma. :: M. T. DÍEZ / EFE

La muerte de un joven nigeriano que se cayó desde un quinto piso cuando trataba de pasar de un balcón a otro, según la versión oficial, desencadenó ayer una batalla campal en Palma de Mallorca entre inmigrantes de ese país que creían que su compatriota había sido asesinado y grupos de gitanos. En el transcurso de los enfrentamientos, que se iniciaron de madrugada y se prolongaron durante varias horas en el barrio de Son Gotleu, una zona con numerosa población inmigrante, resultó dañada una treintena de vehículos y se causaron importantes destrozos en el mobiliario urbano.

La chispa de los incidentes saltó en la noche del domingo cuando Efosa Okosun, de 28 años, cayó al vacío. Algunos testigos aseguraron que había subido a la azotea perseguido por varios individuos y que tres individuos de etnia gitana lo habrían arrojado a la calle. Sin embargo, la Policía Nacional aseguró que Okosun estaba «deslizándose voluntariamente» por la fachada del edificio cuando una tubería de gas a la que se había aferrado cedió y cayó «de forma accidental».

Fuentes policiales insistieron en que nadie mató a Okosun ni tampoco intentó suicidarse. Sin embargo, la comunidad de nigerianos no se lo creyó, lo que desencadenó los disturbios. Los agentes, que tuvieron que defenderse del ataque con palos, botellas y objetos contundentes, detuvieron a tres nigerianos.