Anglada, un Le Pen a la catalana

Las Provincias, CRISTIAN REINO | BARCELONA., 28-08-2011

La crisis, el paro y el aumento de la inmigración son el caldo de cultivo para una extrema derecha que crece en Europa y que en España tiene a Plataforma per Catalunya (PxC) como su exponente más exitoso. La formación liderada por Josep Anglada empezó como un proyecto local, circunscrito a Vic (Barcelona), pero en poco más de 10 años se ha consolidado y se extiende ya por ciudades que registran un mayor porcentaje de población inmigrante, así como por el cinturón rojo de Barcelona.

Como ocurrió con el Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, en Francia, PxC no solo pesca votos de la población de ideología de extrema derecha, sino también de sectores de la izquierda tradicional castigados por la crisis económica.

En las primeras elecciones locales en las que se presentaron, en 2003, las candidaturas de PxC obtuvieron cuatro concejales. Cuatro años más tarde, avanzaron posiciones y lograron 17, y 2011 ha sido el año del despegue, con 66.000 votos y 67 concejales en 39 municipios (la sexta fuerza).

El cénit de Plataforma pudo llegar, sin embargo, en las pasadas elecciones catalanas. Y es que con el 50% del escrutinio, Anglada obtenía tres escaños y se colaba en el Parlament. Al final, los 75.000 votos no fueron suficientes y se quedó fuera. El 20 – N se estrenará en unas elecciones generales y lo hará en las cuatro circunscripciones catalanas. El objetivo, según Anglada, es un diputado por Barcelona.

PxC surgió como un partido «populista – identitario, creado para procurar un mejor control de la inmigración y más seguridad ciudadana», según su eslogan fundacional. Anglada, antiguo militante de Fuerza Nueva que organizaba viajes al Valle de los Caídos y era el hombre de confianza de Blas Piñar en Cataluña, ha modulado un discurso xenófobo con los inmigrantes, especialmente con los musulmanes.

«Un moro por el simple hecho de hablar nuestra lengua no puede ser tratado como un ciudadano español autóctono», dijo Anglada en su día. El líder de PxC enarbola un discurso incendiario y llama a la expulsión de los musulmanes. «No digo todos, pero la mayoría de los inmigrantes que tenemos en casa son chusma, chusma y chusma», espetó en otra ocasión.

Ese nacional populismo hace en ocasiones guiños catalanistas para penetrar mejor en el territorio y rechaza que se le califique de racista. Desde 2002, cuando lo hizo en Premià de Mar (Barcelona), ha capitalizado el rechazo a la construcción de mezquitas, motivo de disputa en las pequeñas poblaciones y que le da repercusión mediática. «Las mezquitas son el peligro para España. El Islam es el cáncer del siglo XXI», expresó.

Pero cuando mejor pensaba que le iban las cosas, sobre todo en Salt, ejemplo de localidad donde el ultra Anglada se ha hecho fuerte, los problemas internos han sumido a la formación en una crisis.

Dos de sus tres ediles en Salt han decidido abandonar el partido por razones de conciencia: Juana Dolores Martínez afirma que fue coaccionada para que renunciara a su acta tras conocer que se quería casar con un camerunés y Carles Bonet también dimitió en solidaridad con su compañera, por su condición de homosexual y por mantener relaciones con un dominicano.

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