centro de culto islámico en Basurto

La mezquita de la discordia espera la licencia

w Los promotores enviarán la próxima semana la documentación que les ha exigido el Ayuntamiento en su último requerimiento w Los vecinos de Basurto aseguran que no se oponen a este centro en el barrio

Deia, José Basurto, 17-07-2011

Bilbao. Los trámites para abrir una mezquita en el barrio bilbaino de Basurto siguen su curso. Sus promotores presentarán la próxima semana en el Ayuntamiento la documentación técnica que les ha exigido el Área de Urbanismo en su último requerimiento. “Confiamos en que ya nos den la licencia porque estamos cumpliendo todos los requisitos, aunque el proceso se está alargando demasiado”, señala Redouan El Farah, secretario de Onda Euskadi, una de las asociaciones impulsora del nuevo centro de culto islámico. Los vecinos, por su parte, están expectantes. “Si les dan la licencia, nos movilizaremos”, advierte Ramón Jimeno, portavoz de la Comisión de Vecinos de la calle Pablo Alzola. Pero también especifica que “será una protesta razonable”. El Ayuntamiento, que es quien tiene la última palabra, no tendrá más remedio que otorgarles la licencia “si cumplen con la legalidad”. Así se expresó en su día el alcalde, quien ya se mostró en contra de la apertura de un nuevo centro religioso islámico en Bilbao.

Un arquitecto contratado por la asociación Onda Euskadi realizaba el pasado miércoles en el interior de la lonja donde se quiere abrir la mezquita, junto al número 23 de la calle Pablo Alzola, las correspondientes mediciones para elaborar un informe sobre el forjado de la casa. “Es lo último que nos ha pedido el Ayuntamiento”, comentaba El Farah. “Es el tercer requerimiento”, proseguía el secretario de Onda Euskadi, “ya que anteriormente nos pidieron un proyecto sobre emergencias, posteriormente otro sobre la insonorización del local, que pasaron de exigirnos de 60 a 70 decibelios, y ahora nos piden el cálculo del forjado para ver si el edificio aguantará la actividad que desarrollemos dentro”. A esta última exigencia, El Farah responde que “según los planos que nos ha facilitado el propio Ayuntamiento, el local tiene una capacidad para aguantar 2.000 kilos por metro cuadrado, que es muchísimo para un lugar donde vamos a rezar”.

A pesar de que “cada vez nos están poniendo más pegas”, los promotores de la mezquita no se van a echar atrás. “Si nos piden mil cosas, las haremos”, dice Redouan, “para que no nos digan no porque no”. Seguirán en su empeño porque consideran que si abandonan “estaríamos renunciando a un derecho de una gran comunidad islámica que esta viviendo en Bizkaia”.

Proseguirán aun sabiendo que el coste de la puesta en marcha de la nueva mezquita les costará “unos 60.000 euros”. ¿Y de dónde van a sacar el dinero?, le preguntamos. “De las donaciones que hacen en otras mezquitas del País Vasco y del Estado; así funcionamos”, señala.

Actualmente, en Bilbao hay tres mezquitas. Una ubicada en la calle Fika, otra, en las Cortes, y la más reciente, en Begoñazpi. En el resto de Bizkaia hay otras cinco: Mungia, Zamudio, Elorrio, Igorre y Markina. “Nuestra idea”, señala Redouan, “es seguir el modelo de la mezquita de Begoñazpi, donde hay un lugar para el culto y otras dependencias para realizar actividades culturales”.

Vecinos Precisamente, la mezquita de Begoñazpi fue visitada por una delegación de la Asociación de Vecinos de Basurto. Ellos quedaron satisfechos con lo que vieron. Sin embargo, los vecinos de la calle Pablo Alzola, que no acudieron al encuentro, siempre se han mostrado contrarios al proyecto. Por ello, crearon su propia comisión y se desvincularon de la asociación del barrio. Ramón Jimeno, su portavoz, dice tajante: “En este tema no nos representan”. Han seguido su propio recorrido desde el principio. “En su día”, señala Jimeno, “recogimos 5.000 firmas en Pablo Alzola y calles adyacentes, que creemos que son representativas y nos respaldan en las protestas”. Unas protestas que nacen, según Jimeno, “porque consideramos que el lugar elegido no es el adecuado por motivos de seguridad”. “Nosotros”, aclara el portavoz de los vecinos, “no estamos en contra de que haya una mezquita en el barrio, pero que se busque otro lugar en el que se garanticen todas las medidas de seguridad, sobre todo, de evacuación”. Jimeno lanza una idea. “¿Por qué no se habilita un lugar en Garellano, ahora que se va a remodelar la zona?”, pregunta en voz alta. Mientras se solventa el trámite administrativo, los vecinos se mantienen firmes. “Nos movilizaremos”, advierte, “aunque de forma razonable”.

Los intentos por parte del Ayuntamiento para reunir a vecinos y promotores de la mezquita no cuajaron por la negativa de los primeros a mantener un encuentro. Así las cosas, el Consistorio deberá decidir, con las ordenanzas en la mano, si el local cumple con todos los requisitos.

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