Crónica de un sueño frustrado

Diario de Navarra, , 13-07-2011

eL 17 de junio de 2011 llegamos a España mi mujer, Patricia Cúneo, y quien les escribe, con la esperanza de realizar un proyecto de capacitación profesional. Los dos somos médicos. Patricia es anatomo-patóloga y yo urólogo, ambos con títulos homologados al Estado español. Debido a una seguidilla de malos tratos, arbitrariedades y discriminación por parte de la Guardia Civil española en el aeropuerto de Barajas y de los responsables argentinos que trabajan en la embajada argentina y en el consulado, no pudimos concretar nuestro proyecto profesional: no pude entrar en España. Yo llevaba una invitación del jefe del Servicio de Urología del Hospital Donostia para hacer una pasantía gratuita en la especialidad, con cobertura de seguro de vida y enfermedad, lugar para alojarnos, pasaje de vuelta, de ambos, y dinero para justificar nuestra estancia. El membrete del Gobierno Vasco fue el detonante del cierre de frontera injustificado, de forma racista y arbitraria, dejándome demorado en una sala que llaman de “no admitidos”. Patricia no tuvo inconveniente en pasar ya que posee la ciudadanía italiana. Logró contactar con la embajada y consulado argentinos, donde no hizo más que recibir malas contestaciones, negativas y un discurso armado por parte de los diplomáticos, totalmente infundados y con pocas ganas de buscar una solución.

Yo, encerrado en un lugar minúsculo, en malas condiciones, despojado de mis efectos personales, permanecí durante diez horas, y constaté que había personas desde hacía varios días esperando su vuelo de regreso por no haber sido admitidos, hecho totalmente ilegal. Fuimos enviados de vuelta, con un similar trato por parte de la compañía área TAM, que no le reconoció el pasaje de vuelta a mi mujer y tuvo que comprar uno al triple del valor del que ya tenía. Hemos sido maltratados, como le ha sucedido a muchos en este último tiempo, al querer ingresar en España. Nuestro país fue muy generoso con sus ciudadanos en tiempos pasados, que corridos por el hambre y la guerra se cobijaron en nuestra tierra. Nosotros somos herederos de esa historia rica de esfuerzo, trabajo y apego a las raíces culturales y de respeto al inmigrante. Hoy Argentina sigue aportando bienestar a ese pueblo. Pero lo más grave aún es que la cancillería argentina está al tanto de la situación y no se ha dignado a hacer una queja formal al Gobierno español, y que por su inacción y silencio deja que se violen derechos elementales a sus ciudadanos. Creemos que es necesario que esta situación se sepa para que otras personas no reciban ese maltrato.

Martín Facundo Aguirre

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