El alcalde de Salt (Gerona), Jaume Torramadé, no está solo en su idea de establecer «un porcentaje máximo» para la llegada de inmigrantes a los municipios que ya tengan un alto porcentaje de extranjeros. El portavoz del PP catalán en el Parlament, Enric Millo, aplaudió ayer la reflexión de Torramadé y se mostró de acuerdo con la iniciativa, porque considera «imprescindible el control de los flujos y, por tanto, de las cuotas de inmigrantes» que se establezcan en pueblos que ya cuentan con una alta tasa de recién llegados.

Pero, según Millo, no es que el PP abrace las tesis de Torramadé, de CiU; es que el alcalde de Salt un municipio con un 45% de población inmigrante se acerca a las de los populares, porque éstos siempre han exigido «una política responsable en esta materia, una inmigración legal ordenada y la persecución de la irregular».

Pese a que incluso el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, expresó dudas acerca de que pueda redistribuirse a los inmigrantes, «porque existe la libertad de circulación de personas», Torramadé insistió ayer en su idea, e incluso fue más lejos. En una entrevista en la emisora Rac-1, el alcalde de Salt explicó que es contrario a que los ciudadanos marroquíes voten en España en las elecciones municipales, porque eso «aumentará las diferencias y hará la gestión más compleja».

La reacción del PSC fue muy diferente a la del PP. El portavoz de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, se opuso frontalmente a la idea de Torramadé de limitar la entrada de inmigrantes en municipios «saturados». «Es una propuesta que no va a ninguna parte», dijo tras tildar la iniciativa de «demagógica y populista».

En cuanto a impedir que los ciudadanos marroquíes puedan votar en las elecciones municipales, el portavoz de los socialistas catalanes mostró también sus recelos. «Lo dice nuestra Constitución. Si Marruecos acepta el voto de los españoles residentes en sus municipales, tenemos que tener reciprocidad; ésta es la ley», subrayó Iceta.

«Si queremos que los ciudadanos que vienen de otros países arraiguen en nuestro país, hay una regla básica» que pasa por estimular la convivencia, y no por «poner cuotas y dificultar la convivencia», añadió.