bilbao. Hasta ahora la inmigración ha conseguido salvar los muebles demográficos del País Vasco ya que solo así “se ha podido renovar su población”, pero Forcada se muestra preocupado por el “acusado y continuo descenso en el tramo de personas menores de veinte años”.

Mantiene que cada año aumenta la esperanza de vida en tres meses. ¿Eso significa que voy a vivir hasta los cien años?

Es que esto se refiere a la esperanza de vida en el momento de nacimiento, a que los niños que nacen hoy tienen tres meses más de esperanza de vida. También hay otra forma de medir esa esperanza y es a los 65 años. Si ya he llegado a los 65 ¿cuántos años me quedan? Los niños nacen con ese plus, pero también las personas mayores tienen mayores expectativas.

Las proyecciones de población a solo diez años vista son muy malas.

Nuestras proyecciones hasta 2020 muestran que la población, en su conjunto, va a seguir creciendo. El horizonte nos sitúa en los 2.232.000 habitantes, de tal manera que sería algo más que ahora, que estamos en 2.163.000. Los incrementos se producen por crecimiento vegetativo y por movimientos migratorios. El crecimiento vegetativo va a ir en aumento lentísimamente, pero los índices de fecundidad nos dicen que se van a ralentizar los nacimientos.

Y a partir de 2020 se caen todos los dígitos.

Es que actualmente crecemos exclusivamente por el movimiento migratorio, porque llega más gente de la que se marcha. Pero a partir de 2020 se va a agotar, no será suficiente para seguir aportando población y se producirá un estancamiento. No nacerán apenas niños y el aporte migratorio acabará en cuatro o cinco años. A partir de ese momento, no tenemos previsiones.

Sin embargo, las perspectivas no son tan negras en todos los lugares.

Si trazamos una diagonal desde el sur de Portugal hasta Catalunya, todo el área que queda en el noroeste somos comunidades que perdemos población. La otra diagonal, la que se sitúa hacia el sureste, es donde la población sigue creciendo con menores tasas de envejecimiento. Aquí no sufriremos tanto un problema de pérdida de población como de sobreenvejecimiento; esto sí que se va a acusar pronto y de forma dramática porque caminamos hacia una sociedad sobreenvejecida. El porcentaje de mayores de 65 años presenta cada vez valores más altos.

Pues la longevidad de los vascos se vende como un gran éxito.

Es que es un gran logro. Esto que nos está pasando, que casi lo vivimos de manera traumática, es un símbolo de progreso. Hemos conseguido que se viva más tiempo y con mayor calidad de vida, sin dependencias, sin enfermedades graves…

Luego vienen los ‘peros’…

Sí claro, si cada vez vamos a vivir más años, tiene sentido el planteamiento ¿por qué no trabajamos más años? Si las cohortes que están en edad laboral viven más, no parece descabellado proponer que la vida laboral pueda alargarse. Luego habrá que dar mayores pasos en la conciliación. En cualquier caso hay que tomar medidas y activar políticas. Un movimiento corrector importante serán los movimientos migratorios que no sabemos cómo van a funcionar. Eso puede hacer que quizá el escenario no sea tan dramático. Además necesitamos personal cualificado y eso no se puede dejar al azar.

El margen entre la esperanza de vida de mujeres (82 años) y hombres (75 años) ¿se irá estrechando?

Las mujeres tienen mayor esperanza de vida porque obedece más a una cuestión genética que contextual. Genéticamente estáis más preparadas para afrontar las enfermedades que provocan más mortalidad. Aunque es verdad que se ha observado un acortamiento y que los hombres van ganando ese diferencial, – que ha llegado a ser de diez años – , no sabemos dónde se estabilizará.