«Cada día vienen a mi casa y me preguntan cuándo van a poder volver a jugar. Son niños y no comprenden lo que pasa. El críquet es su juego; no entienden por qué no les dejamos practicarlo», explica Shahid Latif Guijjar, portavoz del numeroso colectivo de paquistanís de Trinitat Vella. Hasta hace un par de semanas, Shahid hacía de entrenador de críquet de unos 60 niños del barrio en el parque junto al Torrent de la Perera, pero tras una trifulca con un vecino la policía local les recomendó que dejaran de jugar en el lugar, al menos hasta que tengan un permiso, por el que se están moviendo.
El lunes por la tarde tuvieron una reunión con la asociación de vecinos para buscar alternativas. Además de Shahid, acudieron otros tres adultos, miembros del equipo de críquet PAK Trinitat Vella «el mejor club de Barcelona», presumen y una decena de niños de entre 10 y 15 años, los principales perjudicados. «No queremos problemas. Jugamos para divertirnos, no para tener problemas», afirma Alí Asghar, otro de los jugadores, quien entregó al presidente de la asociación

300 firmas recogidas en una semana en el barrio de apoyo al colectivo.

Para los amantes del críquet, ese parque es el lugar más adecuado para los niños, ya que tiran la pelota con poca fuerza. Ellos, los mayores, juegan en el parque de la Trinitat (la otra zona verde del barrio), pero lo hacen de noche, cuando ya no hay gente. Antes lo hacían también de día, pero tuvieron que dejar de hacerlo por quejas. «En la zona en la que juegan los niños no hay bancos para sentarse», afirman. Pero algunos de los residentes no lo ven de la misma forma. «El parque es de todos y así debe ser. Pero si se ponen a jugar ellos, ya no hay quién juegue a otra cosa. Ocupan todo el espacio y el resto de niños ya no pueden usarlo. Se sienten expulsados», apunta Isabel, vecina de la calle del Torrent de la Perera. «Que jueguen está muy bien, el parque es para eso, pero no pueden adueñarse del espacio todo el tiempo. Yo ya no me puedo poner aquí a jugar con mis nietos, por ejemplo», prosigue esta vecina, quien también apunta que en varias ocasiones un pelotazo ha perjudicado a los coches estacionados en la calle.

En el incidente de hace 10 días, cuando un vecino se encaró a los niños, tuvo que intervenir la policía y les recomendó que dejaran de jugar allí. La asociación de vecinos está mediando con el distrito para encontrar una solución. El presidente, Luis Quero, ha propuesto que jueguen en el parque de la Trinitat, en la zona junto al lago, pero a estos no les parece un lugar «adecuado», ya que si las pelotas caen al lago, adiós pelotas. En el distrito han mostrado «buena predisposición» a llegar a un acuerdo. Por el momento, solo les queda ser pacientes y esperar.