violencia de género

"Me acerqué, lo agarré de la mano, le di una hostia y me puse encima pero salió corriendo"

el joven que se abalanzó sobre el agresor dice que hizo "lo que pudo" porque el deber es "salvar vidas"

Diario de noticias de Gipuzkoa, a. anuncibay , 05-07-2011

hernani. Chaib Azzuoze nació hace 31 años en la ciudad marroquí de Nador, cercana a Melilla. Llegó a Hernani hace una década junto a su hermano en busca de una vida mejor. Actualmente carece de empleo y se muestra ansioso por conseguir un trabajo dentro de sus especialidades: pintor o cocinero.

Como una cruel paradoja de la vida, esta última profesión le unía a Charo Román, quien desempeñaba esa función en Policlínica Gipuzkoa. La valentía de Chaib no fue suficiente para salvar la vida de Charo, pero sí la de su hija. Él fue la persona que se abalanzó sobre el agresor e intentó detener el salvaje ataque a punta de cuchillo.

Todavía alterado por la pesadilla vivida en la madrugada del domingo, este hombre narra con la garganta aún constreñida por los nervios la dramática situación vivida. “Cerraron los bares y salimos afuera y nos sentamos. Habían pasado unos diez minutos, cuando oímos unos gritos de mujer”, recuerda este hernaniarra de adopción, quien ayer departía con unos amigos en pleno centro de la localidad, a pocos metros del lugar de los hechos.

Chaib salió instintivamente en ayuda de quien pedía auxilio, a una cincuentena de metros. Entre la penumbra nocturna y la luz proyectada por las farolas pudo observar que un hombre se encontraba sobre una mujer, golpeándola. Muy próxima, la hija de esta última, herida por arma blanca. “Me levanté y vi a una persona tendida encima de la mujer. En el momento, no sabía que tenía navaja. Me acerqué, lo agarré de la mano, le di una hostia y me puse encima pero salió corriendo”, describe compungido este joven, cuyos ojos azules visionan en el horizonte las terribles imágenes protagonizadas la noche anterior.

Sin tiempo para pensar ni un segundo, Chaib forcejeó con el agresor, Freddy Apolo, lo que le produjo varias heridas de cuchillo en el brazo derecho que ayer eran claramente visibles. En pocos segundos, el atacante huyó del lugar.

El joven marroquí intentó auxiliar a Charo. “Vi a la mujer que estaba sangrando y la cogí para intentar cortar la hemorragia. Luego llegó un colega y se quedó con ella. Yo me fui detrás del hombre”, señala Chaib.

En caliente, el joven marroquí salió en busca de Freddy Apolo junto a un policía local. No pudieron localizarle, aunque horas después agentes locales y de la Ertzaintza lo detuvieron en Hernani.

Chaib gesticula con sus manos dando énfasis a un relato que todavía no ha asimilado. “Son cosas que ves en la tele y no te puedes creer que acabes metido en eso”, destaca este chico, cuyo rostro refleja el fuerte impacto emocional recibido el domingo de madrugada.

El joven asume que cumplió con su deber ciudadano al acudir en auxilio de Charo, a quien conocía de vista, y su hija. “Lo hubiese hecho cualquier persona, porque tenemos el deber de salvar vidas. Hice lo que pude. Por lo menos, salvamos la vida de la hija, que espero que mejore”.

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