Maroto considera «inadecuada» la ubicación de la mezquita de Zaramaga

El Correo, MARÍA REGO IOSU CUETO, 05-07-2011

El botón de ‘pause’ sigue pulsado en la discusión sobre la apertura de la mezquita de Zaramaga. De hecho, entre las palabras que pronunciaron los vecinos del barrio hace ya dos meses y las declaraciones de ayer del alcalde de Vitoria, Javier Maroto, apenas existen diferencias. Al menos, en el fondo. «Efectivamente, la ubicación no es la más adecuada», aseguró en referencia a la lonja de Martín Olave elegida por la asociación cultural de paquistaníes de la ciudad para crear el nuevo espacio de culto y donde aún no han arrancado las obras pese a poseer licencia desde marzo. El regidor, además, explicó que así se lo ha hecho saber tanto a los impulsores del templo como a los residentes en la zona durante las reuniones «discretas» mantenidas con ambas partes, como avanzó EL CORREO, en busca de un lugar alternativo.

Esa solución «todavía no está dibujada aunque creo que lo estará pronto», reiteró el alcalde tras emplazar al colectivo promotor de la mezquita a hallar un espacio diferente donde poder acoger a sus fieles. Ijaz Ahmed, presidente de los paquistaníes de la capital alavesa, sin embargo, reconocía hace escasos días a este periódico que el problema podría «repetirse» allá donde fueran y que el paso a una nueva lonja en Zaramaga, como afirmó les había propuesto el Consistorio, no acabaría con estos encontronazos. «Si aquí respetamos todas las leyes y nos rechazan, puede ocurrir lo mismo en otra calle», reflexionaba entonces. Esta oposición que se ha dado alrededor del bajo del número 4 de Martín Olave se tradujo en mayo en una recogida de firmas por parte de los vecinos: 2.000 dijeron que no a la transformación del local en templo. Y ayer lo recordó Maroto: «Son muchas para no tenerlas en cuenta».

La negativa vecinal se radicalizó la pasada semana cuando, tal y como denunció el colectivo de paquistaníes, apareció «sangre y carne de cerdo» en el interior de la lonja, un gesto que los musulmanes entienden como un ataque directo contra su religión – consideran impuro a este animal – y al que ayer Maroto evitó referirse. Sí aludió, en cambio, al Gobierno vasco para exigirle «menos declaraciones y más acciones». Esta petición llegó después de que el pasado fin de semana el director de Inmigración del Ejecutivo autónomo recomendara a la plataforma contraria a la construcción del templo condenar el asalto para desmarcarse de los hechos.

Como en Cataluña

«Llevamos desde el principio trabajando de forma discreta y efectiva. Si el Departamento de Inmigración hubiera trabajado aquí como en otros sitios, donde hay una normativa en vigor, hoy no pasaría esto», criticó el regidor tras advertir de que «no basta con decir al Ayuntamiento que haga algo». Por ello, pidió a Lakua la elaboración de una ley donde se regule la apertura de lugares de culto en Euskadi – en Bilbao existe hoy un debate similar al vitoriano – y puso como ejemplo el texto aprobado hace dos veranos en Cataluña. En este documento se obliga a los municipios a reservar espacios para uso religioso y se incide en que estos locales cumplan ciertas condiciones – de protección acústica, accesibilidad… – además de los correspondientes planes de ordenación urbanística.

La normativa catalana, que acabaría con el actual «vacío legal», catalogado así por el propio Síndico, trabaja también uno de los aspectos que los vecinos utilizaron como argumento para oponerse a la creación de una mezquita. A su juicio, Martín Olave no tenía un ancho suficiente para soportar ciertas aglomeraciones. Esta ley, sin embargo, no establece limitaciones a la hora de abrir un espacio de culto «en razón de la anchura del vial» y limita el aforo de estos recintos a menos de cien fieles en el caso de aceras «no superiores a seis metros». El templo de Zaramaga contempla recibir, como máximo, según el proyecto, a 98 personas.

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