Gitanos de la Mina frenan el desahucio de una joven y sus hijos

La Vanguardia, , 04-07-2011

LUIS BENVENUTY – Sant Adrià de Besòs

“Es la primera vez que nos plantamos así ante un desalojo, pero no será la última”, dice Rafael Perona
La madre de la afectada grita que su hija es “una persona humana con derechos”, los críos de la mujer berrean desde la ventana del octavo piso, una oronda señora aprovecha para vender chucherías… Esto es la calle Llevant de Sant Adrià de Besòs, el corazón del barrio de la Mina. Esto es como un globo, lo que se aprieta por un lado amenaza con explotar por el otro. Alrededor de cincuenta personas convocadas por el Centro Cultural Gitano ubicado a tiro de piedra remolonean frente al número 17. Los miembros de la comitiva judicial siquiera se atreven a acercarse al destartalado portal.

Rafael Perona, presidente del Centro, pregunta si alguien tiene el teléfono de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. “Esta es la primera vez que nos plantamos así ante un desalojo. Pero no será la última. La situación en el barrio de la Mina es desesperante. Al Centro nos han llegado hasta cincuenta expedientes de desahucio inminentes; ahora es el peor momento, pero es que en un año pueden haberse producido unos doscientos desalojos. Las entidades financieras no se sientan a negociar de ningún modo, se niegan a plantearse un alquiler para los inquilinos y luego no saben qué hacer con los pisos y pasa lo que pasa”.

La Vanguardia ya explicó cómo este año se han producido dos intentos masivos de okupación de los numerosos pisos públicos pendientes de entregar en el colindante barrio de la Catalana: el lado del globo que amenaza con explotar. Sus asaltos son protagonizados por familias jóvenes del barrio de la Mina. “Cuando los echan tienen que irse a casa de los padres, y como nosotros los gitanos tenemos mucha descendencia, no caben todos en el piso. Tratan de buscarse la vida. ¿En la Catalana hay pisos vacíos? Pues si es blanco y va en botella es leche”. Sólo la vigilancia de otros gitanos del barrio impidió que las patadas en la puerta tuvieran éxito.

Los miembros de la comisión judicial departen unos minutos con el abogado del Centro Cultural Gitano. El letrado anuncia que el desahucio queda aplazado un par de semanas. “Si yo sé que no pago – reconoce Soledad Amaya-,si es que no pago desde hace dos años… Pero ¿cómo voy a pagar si mi marido me abandonó con cuatro niños y sólo gano lo de vender cuatro cosillas por ahí?”. Entonces tercia su prima Mercedes: “Es que los bancos se han hinchado en la Mina, que yo a la del mío le dije ´no me líes que yo casi no sé leer´, y le dije que me asegurara que la hipoteca no me iba a subir de los 300 euros, y me dijo que seguro, seguro… ¡y al año siguiente, 700!”.

“Además – prosigue Soledad-,si ya he visto yo gente merodeando, mirando… a ver si me echan y le pegan ellos la patada en la puerta. ¡Y para que se meta por la cara otro gitano pues ya me quedo yo”. Los críos, a pesar de que los miembros de la comitiva judicial y los Mossos d´Esquadra ya se han marchado, continúan llorando sin consuelo. “Sí, claro – musita Perona-,cada piso vacío es una tentación…”. Los pisos vacíos son una tentación. Porque, como ya pasó en Sant Roc, en Badalona, hay quien okupa únicamente para luego subarrendar. Lo explican en el portal, entre susurros. Sí, resulta indignante.

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