La gamberrada de un menor interrumpió el tráfico de tranvías en Paterna durante 24 minutos. Los hechos ocurrieron el jueves por la tarde cuando el convoy circulaba entre el apeadero de La Coma y la parada de Mas del Rosari. Un niño de unos 12 años disparó con una escopeta de perdigones al primer vagón del tren. El impacto agrietó el cristal del vehículo, por lo que el maquinista detuvo el tranvía y bajó para comprobar los daños.

El protocolo de seguridad obligó a cortar la circulación en ese punto de la línea 4. El reloj marcaba las 18.51 horas cuando el puesto de mando de Metrovalencia recibió el aviso del incidente. Poco después, el Centro de Coordinación de Emergencias movilizó a la Policía Local y la Policía Nacional de Paterna.

Tres patrullas acudieron con urgencia al lugar. Los agentes se entrevistaron con el maquinista para recabar datos sobre lo ocurrido. También consiguieron una descripción física del autor de la agresión: un niño de etnia gitana de unos 12 años de edad. El menor vestía una camiseta de color verde y llevaba el pelo desaliñado.

Los policías realizaron una batida por la zona, pero el chiquillo salió corriendo cuando maquinista paró el tren y les llevaba una buena ventaja. Tras colaborar con los agentes y comprobar que el cristal agrietado resistía, el maquinista reanudó la marcha del tranvía con destino a Mas del Rosari. El reloj marcaba entonces las siete y cuarto de la tarde. La chiquillada había interrumpido la circulación de la línea 4 durante 24 minutos.

Según informaron fuentes policiales, no es la primera vez que un menor dispara con una escopeta de balines a un tranvía en Paterna. Dos ataques similares tuvieron lugar en las pasadas Navidades y un tercero en junio. La Policía sospecha que el autor de los disparos podría ser el mismo niño.

La Jefatura de Seguridad de Metrovalencia informó de las agresiones a la Policía de Paterna, que montó operativos para identificar y detener al menor. Todas las veces logró escapar.

Apedreamientos a trenes

Los apedreamientos a trenes son uno de los actos vandálicos que más estragos causan a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) en sus líneas exteriores. Los daños económicos son muy elevados, ya que en numerosas ocasiones los impactos destrozan los cristales de los vagones.

Los meses de verano y los períodos festivos que coinciden con las vacaciones escolares son las fechas en las que más ataques sufren las líneas férreas. La mayoría de las veces son agresiones cometidas por menores o jóvenes veinteañeros.

Hace unos días, un tren de la línea 3 (Aeroport – Rafelbunyol) fue apedreado en el término de Foios. La maquinista paró el convoy al oír un fuerte golpe, pero no detectó la ventana fracturada. El vagón no transportaba pasajeros en el momento del impacto. La empleada de FGV descubrió el cristal roto en un lateral del vehículo cuando llegó a las cocheras.