Los promotores de la mezquita de Zaramaga sospecharon el pasado jueves que algo no iba bien en el local de la calle Martín Olave donde prevén abrir el templo. Al llegar a la lonja, observaron que «la puerta estaba rota». «Entramos y vimos que habían tirado sangre y carne de cerdo. ¿Qué nos querían decir con eso?», se preguntaba Ijaz Ahmed, presidente de la asociación cultural de paquistaníes de Vitoria, con cierta preocupación. «Nosotros nunca hemos querido problemas», insistía a EL CORREO. La polémica, sin embargo, envuelve a la construcción de este lugar para la oración con capacidad para 98 fieles desde que se conoció el proyecto, hace ya dos meses.

A partir de entonces, varias manifestaciones han recorrido el barrio en contra de la futura mezquita y muchos comentarios han llenado diversos foros virtuales donde, precisamente, algunos internautas animaban a cometer acciones de este tipo para convertir la lonja en impura y evitar, así, que pudiera acoger un templo musulmán. «Que nos echen cerdo es un daño hacia nuestra religión», aclara Ahmed, pues sus textos sagrados prohíben comerlo y lo consideran un animal sucio. En su asociación creen que el asalto – que ya han denunciado ante la Ertzaintza después de que los agentes comprobaran ‘in situ’ lo sucedido – es una muestra de que «algunos vecinos no nos quieren aquí», prosigue este hombre, uno de los impulsores del recinto.

La obra, sin empezar

Pero Ahmed y sus compatriotas no comprenden la postura de estos ciudadanos. «Nosotros no nos hemos manifestado, no hemos hablado mal y hemos tratado a todos con respeto. Sólo queremos tener un lugar donde rezar y aprender religión», resume el presidente de este colectivo. Su asociación alquiló hace «cinco meses» la lonja y tenía previsto comenzar la obra – se les concedió licencia municipal para ello aunque carecen aún del permiso de actividad – esta misma semana pero, por diversos contratiempos, como la negativa de la comunidad del portal anexo «a permitirnos la toma de agua», no ha sido posible.

Tanto vecinos como promotores de la mezquita mantienen «contactos» con el Ayuntamiento en busca de una solución. Ahmed dice que el equipo de gobierno les ha ofrecido «buscarnos otra lonja en Zaramaga», pero teme que «el problema se repita» allá donde vayan. «Si aquí respetamos todas las leyes y nos rechazan, puede ocurrir lo mismo en otra calle», reflexiona a la espera de una nueva llamada del Consistorio. Mientras, la agrupación SOS Racismo se concentró ayer en la plaza de España por el Día del Desagravio y en apoyo a los impulsores del templo.