Nueva Dentro estrena nombre y placa en recuerdo a la comunidad judía

El Correo, MARÍA REGO, 30-06-2011

Allí vivieron, trabajaron y dejaron su huella y, ahora, más de cinco siglos después de abandonar la ciudad, han regresado al mismo punto. Pero sólo de manera simbólica. La calle Nueva Dentro se rebautizó ayer como Nueva Dentro – Judería en «reconocimiento a la labor» de la comunidad que la habitó entre 1256 y 1492 y que tuvo «una presencia importante» en los orígenes de la capital alavesa, explicó el alcalde, Javier Maroto, tras descubrir la placa identificativa que se encuentra a la entrada de esta vía por Portal del Rey. «Tocaba hacer justicia», recalcó el regidor.

El nombre figuraba ya en el plano – callejero de la ciudad pero se había retrasado su colocación en esta vía, ubicada en el Casco Medieval y donde funcionó, por ejemplo, una sinagoga para sus fieles. De hecho, la Corporación municipal llegó a un acuerdo para renovar esta placa en 1992 – por el quinto centenario de la expulsión de los judíos de España – pero el asunto se quedó en el cajón hasta que un vitoriano lo rescató al acudir al Síndico con la vieja petición bajo el brazo. Maroto quiso, por ello, destacar la «relevancia» en este trámite que ha desempeñado el Defensor del Vecino, Javier Otaola, que le acompañó en la inauguración.

Reflejo de «pluralidad»

Pero el alcalde destacó también la importancia de la nueva placa historigrafiada – se suma al indicador clásico, que no desaparece – , donde se recoge la primitiva denominación de la calle así como el motivo de este nombre y una referencia a su origen y a sus antiguos habitantes para que tanto vecinos como turistas puedan empaparse de su pasado. «No es sólo cumplir un acuerdo sino un recuerdo de la historia, que es la esencia de lo que somos y de la pluralidad que cabe en Vitoria», aclaró antes de reiterar «el valor de lo diferente» y la necesidad de construir ciudad sobre esa base de «integración». El pueblo judío, recordó, convivió durante dos siglos en esta zona de la ‘almendra’ medieval de manera pacífica y «alejado de motivaciones religiosas o de conflictos que superan nuestras fronteras».

Su expulsión por orden de los Reyes Católicos provocó que la capital vasca perdiera «una posibilidad importante de vitorianos que querían a su ciudad» y que conformaban la comunidad judía más numerosa del norte peninsular, prosiguió Maroto junto al concejal de Promoción Económica, Fernando Aránguiz, o el gerente de la Arich, Gonzalo Arroita, entre otras personas. Los integrantes de este pueblo, añadió, «vivieron, desarrollaron su trabajo y aportaron a Vitoria su saber hacer» en puntos como la calle Nueva Dentro – Judería o en otros barrios, como Judimendi, donde levantaron un cementerio.

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