Una sirvienta, retenida 14 años como esclava en una casa saudí

La mujer fue encontrada gracias a un vecino y su familia la creía muerta

El Mundo, , 24-06-2011

Las autoridades en Arabia Saudí han descubierto el último caso de abuso a trabajadores domésticos: una sirvienta oriunda de Sri Lanka que trabajó durante 14 años sin su consentimiento y sin salario alguno.

Este caso ha salido a la luz en medio de la tensión entre Indonesia y Arabia Saudí por la ejecución de una sirvienta indonesia el pasado fin de semana. El país saudí es muy sensible a las reacciones de los demás países y ahora esperan que el rescate de la sirvienta natural de Sri Lanka ayude a aplacar las críticas.

Según las agencias locales, la señora de 45 años fue encontrada en la provincia de Jizan gracias a un vecino y se arrestó al hombre que abusaba de ella.

Los miembros de la familia de la empleada, tras ser contactados por periodistas locales, dijeron que la creían muerta, ya que no tenían noticias suyas desde hacía años. «Estoy muy contento de saber que sigue viva y queremos que vuelva lo antes posible», explicó su marido a una agencia de noticias árabe.

El Gobierno de Indonesia contactó el miércoles con Arabia Saudí para informales de que no permitirán la entrada de ningún trabajador más a ese país, hasta que no se firme un contrato que proteja a los empleados emigrantes. Un total de siete millones de extranjeros trabajan en Arabia Saudí y más de un millón de ellos proceden de Indonesia. La gran mayoría son empleados domésticos: cocineros, sirvientes o limpiadores.

Ruyati binti Sapubi, de 54 años, fue acusada de matar a la mujer de su jefe. Por eso, fue decapitada en La Meca el sábado pasado. Se trata de la segunda sirvienta indonesia que es ejecutada en Arabia Saudí desde 2008.

Riad se disculpó ante el Ejecutivo de Yakarta por no haber informado de esa decisión. Por su parte, los funcionarios indonesios informaron de que la moratoria sobre los trabajadores que viajen a Arabia Saudí se aplicará a partir de agosto.

John Monterona, coordinador en Oriente Próximo del grupo Emigrantes Internacionales condenó la decapitación. No obstante, Monterona explicó que la solución no está en el cierre de las fronteras. Esta decisión sólo dañará a quienes intentan buscar trabajo y al propio Gobierno de Indonesia, ya que el envío de dinero de los emigrantes en el Golfo es una parte muy importante de los beneficios del país, dijo.

«A pesar de que existe una gran preocupación, sería preferible llevar a cabo una serie de esfuerzos diplomáticos para que mejore el trato a los empleados», añadió.

Existen más de 100 expatriados que esperan ser ejecutados en Arabia Saudí. Entre ellos se encuentran 12 filipinos y 24 indonesios la mayoría sirvientes, además de indios, paquistaníes y ciudadanos de Bangladesh.

Dentro de los trabajadores extranjeros, se incluyen casi un millón de conductores que son necesarios sobre todo porque a las mujeres no se les permite conducir automóviles.

Los derechos de los empleados son muy escasos y ganan entre 115 y 560 euros.

Ruyati binti Sapubi fue sentenciada por acuchillar repetidas veces a su jefa con un cuchillo de carnicero, después de que sus jefes abusaran de ella y no la dejaran volver a su casa.

Otra mujer que también se enfrenta a la pena de muerte podría ser liberada después de que Indonesia alegara estar pensando en pagar dinero para su absolución. Esta mujer dijo que actuó en defensa propia al matar a la gente para la que trabajaba, cuando su jefe intentó aprovecharse de ella y violarla. En Arabia Saudí, se da la opción de pedir una recompensa económica a las familias de las víctimas fallecidas. Si aceptan, el culpable queda en libertad.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)