Erika tiene trabajo pero necesita un contrato

cientos de personas acuden cada semana a la asesoría de jarauta para buscar soluciones a sus problemas

Diario de Noticias, Pamplona, A. Ibarra, 12-06-2011

El pasillo de la asesoría Etorkin es un hervidero de silletas, mujeres con vestidos de colores y jóvenes con visera que buscan asesoramiento. La mayoría son inmigrantes irregulares en diferentes etapas de su estancia. Anta es senegalesa, tiene 32 años, lleva tres años en Navarra y vive con una hija de dos años y su pareja, sin trabajo. No tiene permiso de residencia, ha trabajado cuidando mayores, se ha formado en talleres y cursos, conoce el idioma y se ha integrado perfectamente. Desde el 2008 cobra la renta básica. Ya le han denegado el primer permiso de residencia, y va por el segundo intento. Necesita un contrato, pero a la familia que está dispuesta a darle empleo le exigen unos ingresos determinados y su renta es baja.

Ivan, de 30 años, llegó de Bolivia con pasaporte hace seis años. Vive con su mujer, que está a punto de nacionalizarse, y su hija de tres años. Tiene una carta de expulsión porque le “pescaron sin papeles”. Ha trabajado durante algún semana pero es difícil conseguir un contrato. "Desde el año pasado casi imposible. En su caso ha trabajado en el sector de la construcción y cuidando a personas mayores. Va a pedir los papeles del arraigo por la situación de su familia.

Erika Quinteros, de 35 años, agradece al equipo de la clínica Ubarmin la operación de cadera de la que acaba de ser sometida. Es de origen boliviano y tiene una primera tarjeta de residencia de tres años que ahora quiere renovar para otros dos. Lleva dos años sin poder trabajar por un problema físico. Al haber salido del país tuvo que renunciar a la renta básica, y ahora la volverá a tramitar. Ella y su marido querrían tener un niño en nuestro país. Erika suma seis años de vinculación con Navarra y el principal trabajo ha sido el cuidado de personas mayores.

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