ITALIA EUROPA Y LA INMIGRACIÓN

Espectacular salvamento de 500 náufragos huidos de Libia

El rescate en Lampedusa contrasta con el drama de decenas de ahogados

La Vanguardia, EUSEBIO VAL, 09-05-2011

Fue casi un milagro que se salvaran los 500 pasajeros de la barca, una noticia esperanzadora y una inyección de moral entre tantos dramas que genera este éxodo humano. Lampedusa vivió en la madrugada del domingo el rescate más espectacular desde que se inició la actual crisis humanitaria. La diminuta isla italiana, principal puerta de entrada a Europa del imparable flujo de inmigrantes y refugiados del norte de África,estaba feliz y orgullosa por la proeza lograda antes del alba.

Los hechos se produjeron poco después de las 4 de la mañana. Estaba siendo una noche muy agitada en los muelles de Lampedusa. Había llegado un barco con 800 refugiados africanos procedentes de Libia, entre ellos 138 mujeres y 12 niños. Se estaba procediendo a atender a estas personas cuando comenzaron a oírse gritos en la entrada del puerto. Otra embarcación, con el timón roto, había chocado contra las rocas y encalló. De inmediato se movilizaron los servicios de socorro. La situación devino caótica. Había mucho oleaje y la embarcación amenazaba con volcar. Algunos pasajeros, por pánico, se lanzaron al mar. Entre ellos había niños y mujeres embarazadas. Parte de ellos no sabían nadar.

Fotógrafos y equipos de televisión que estaban cubriendo la llegada del primer barco se acercaron a la segunda embarcación y pudieron dar testimonio del rescate. Se formó una cadena humana de fuerzas del orden, miembros de protección civil, guardacostas, voluntarios y hasta periodistas que fueron rescatando a los náufragos, uno a uno, muchas veces sacándoles del agua. También se tendió una cuerda por la que, los más fuertes, pudieron deslizarse para ponerse a salvo. Después de una hora y media de esfuerzo y angustia, todos los pasajeros del barco pudieron llegar a tierra vivos. Sólo algunos sufrieron heridas leves. “Ha sido un bella operación de equipo – comentó a la agencia Ansa el comandante de la capitanía del puerto, Antonio Morana-.En el auxilio han participado militares de la Guardia Costera, de la Guardia de Finanzas, carabineros, policía, voluntarios de asociaciones humanitarias, simples ciudadanos e incluso algunos periodistas. Gracias a la colaboración de todos se ha evitado una tragedia”.

La barca accidentada había sido avistada horas antes. Parecía

dirigirse hacia Malta, pero una patrullera maltesa la interceptó y la acompañó hasta las proximidades de Lampedusa. El párroco de la isla, don Stefano Nastasi, que ha sido muy activo estos meses en la ayuda a inmigrantes y refugiados, insistió en que el problema sea asumido por toda Europa y que se proceda al rescate de estos refugiados en aguas internacionales para evitar la presión sobre Lampedusa. Por la isla de corrió pronto la voz de lo que había sucedido y muchos ciudadanos acudieron espontáneamente al muelle con ropa y comida para los náufragos.

El destino de estos naúfragos contrasta con la nueva tragedia que se produjo el viernes pasado frente al puerto de Trípoli. Las noticias, fragmentarias y difíciles de verificar, fueron llegando durante el fin de semana. Eran dos barcas, con unos 300 pasajeros cada una, en su mayoría somalíes y eritreos. Una de las embarcaciones se partió al poco de dejar el puerto. Hay todavía decenas de desaparecidos. Sólo se recuperaron 16 cadáveres, entre ellos los de tres bebés. Se dio la circunstancia de que, con las prisas del embarque, algunas familias quedaron divididas. Unos subieron a una barca y otros a la otra. Los de la embarcación que logró llegar a Lampedusa recibirán ayuda y asilo político, pero nunca consuelo suficiente por los familiares que perdieron y de quienes, a menudo, jamás tendrán la prueba definitiva de que murieron.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)