¿El retorno de las fronteras europeas?

La llegada de miles de inmigrantes a Italia procedentes del norte de África ha reabierto el debate de la libre circulación de personas en la UE y la vuelta a los controles policiales en el Espacio Schengen

Deia, Silvia Martínez, 28-04-2011

LA llegada de más de 27.000 inmigrantes a Italia desde comienzos de año, huyendo de las revueltas del norte de África, y la polémica gestión que de este flujo migratorio ha hecho el Gobierno de Silvio Berlusconi, espoleado por sus socios ultraderechistas de la Liga Norte, ha terminado por poner en jaque uno de los pilares de la construcción europea: una libertad tan básica en la Unión Europea como es la libre circulación de personas. Un derecho plasmado en 1985 en el acuerdo de Schengen, un pacto que nos permite cruzar las fronteras internas, desde Euskadi hasta Polonia, sin necesidad de hacer un gesto tan simple como enseñar el carné o pasaporte cuando llegamos a Biriatou y que se ve amenazado ahora por la exigencia de París y Roma de instaurar un mayor control y restringir la libre circulación.

Es cierto que tanto Berlusconi como el presidente francés, Nicolas Sarkozy, lo han vinculado a circunstancias excepcionales ligadas a un repunte en el flujo de inmigrantes sin papeles, pero la revisión de este convenio conllevará en todo caso un mayor control. Como telón de fondo de este nuevo ejercicio político está la decisión del Gobierno italiano de conceder permisos temporales de seis meses a los inmigrantes tunecinos llegados a sus costas con el objetivo de que se trasladen a otros países como Francia. Una decisión que no sólo ha enfadado a Sarkozy, con quien celebró una cumbre el pasado martes en Roma para recuperar la sintonía perdida y con quien pactó exigir una revisión del actual acuerdo, sino también a otros socios como Alemania que quieren medidas que impidan a un Estado miembro trasladar a su vecino el problema migratorio con una decisión tan simple como la de Berlusconi.

En todo caso, el Gobierno de Angela Merkel se sumó ayer a las voces que piden una revisión del acuerdo Schengen. Pensando en la lucha contra el terrorismo yihadista, Berlín quiere una simplificación de los requisitos de los controles fronterizos, de forma que sean más automáticos, pero sin perjudicar los movimientos de los ciudadanos europeos. El primer paso en este debate se producirá el próximo miércoles, 4 de mayo, fecha en que la Comisión Europea presentará una nueva comunicación para mejorar la gestión de los flujos migratorios que incluirá ideas para reforzar la agencia para el control de las fronteras exteriores (Frontex), mejorar la cooperación con países terceros y aclarar la aplicación del convenio de Schengen.

Y es que, según Bruselas, la letra actual ya permite suspender el espacio Schengen y realizar controles por razones de seguridad nacional como ya ha ocurrido en el pasado durante Mundiales de fútbol y otros eventos como la cumbre de la OTAN en Estrasburgo en 2009. Ahora la intención de Francia e Italia es ampliar el campo de aplicación para permitir acciones unilaterales ante “dificultades excepcionales en la gestión de las fronteras comunes”, señala la carta remitida por Sarkozy y Berlusconi al presidente de la Comisión Europa, José Manuel Durao Barroso. Lo que significa que el debate se centrará, el próximo miércoles en el colegio de comisarios y el 12 de mayo entre los ministros de interior de la UE, en definir qué requisitos deben cumplirse para considerar que existen circunstancias especiales. “La necesidad de aclarar las reglas de Schengen pasa por una discusión entre los Estados miembros de Schengen. Estos dos estados no pueden por sí solos cambiar las reglas comunes de la familia europea”, advirtió ayer el portavoz comunitario Olivier Bailly.

Un acuerdo de 25 años

El acuerdo Schengen se firmó en 1985 en la localidad luxemburguesa que le da el nombre y entró en vigor diez años después. Durante 25 años ha permitido eliminar gradualmente las fronteras internas y facilitar los movimientos dentro de Europa. “Es uno de los más grandes símbolos de la capacidad de la UE para mejorar la vida de sus ciudadanos”, dijo del mismo la comisaria de interior, Cecilia Malström, en su aniversario. Lo que conocemos como espacio Schengen abarca al conjunto de la Unión Europea, salvo a Reino Unido e Irlanda, que no han suprimido las fronteras y por tanto sí mantienen los controles fronterizos, y Rumanía, Bulgaria y Chipre que aplican el acuerdo parcialmente. Además, otros cuatro países que no forman parte de la familia comunitaria como Suiza, Noruega, Liechtenstein e Islandia también aplican Schengen lo que significa que los controles en este espacio son posibles pero no pueden ser sistemáticos.

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