Una musulmana en 'Playboy'

Actriz de una popular serie alemana, su familia le retira la palabra y la acusa de dañar la imagen de su comunidad al ver las fotos en las que posa desnuda

El Mundo, ROSALÍA SÁNCHEZ , 20-04-2011

Son muchas las adolescentes y jóvenes turcas de Berlín que en los últimos días han visto recortada su libertad de movimiento. Algunas incluso han debido dejar sus estudios. Es el efecto perverso de una portada de Playboy en la que, por primera vez, aparecía una mujer turca, de 25 años.

Sila Sahin terminó sus estudios secundarios y se formó como actriz y cantante. A pesar de la presión de su familia, que no veía con buenos ojos esa profesión, sus padres decidieron respetar la voluntad de la chica de dedicarse al espectáculo. Así, en el año 2009 la joven se incorporó con éxito al 4.328º capítulo de Gute Zeiten, Schlechte Zeiten, una serie de tremenda popularidad en Alemania, a pesar de que ahora no hay nadie que sea capaz de recordar con claridad el principio de su argumento. Su papel de psicoterapeuta profesional respondía a la imagen de una joven turca respetada y perfectamente integrada en la sociedad.

Las hermanas de los jóvenes turcos que cuelgan fotografías de Mesut Özil en sus dormitorios, llevaban fotos de Sila en las carpetas de clase. Sin embargo, desde que apareció la portada de Playboy son los chicos los más interesados en las fotos de Sila, que para la comunidad turca se ha convertido en un ejemplo de lo que puede ocurrirle a una mujer a la que se den riendas demasiado largas.

Sus padres, que no sabían nada de las fotos, le han retirado la palabra. No se opusieron cuando se fue a vivir con su novio a una bonita casa de Charlottenburg y se limitaron a intentar hacerla reflexionar cuando abordó una operación de aumento de pecho con la que no estaban de acuerdo. Pero las fotos han acabado rompiendo la relación familiar, porque sus padres piensan que Sila ha perdido su dignidad como mujer y ha hecho daño a la comunidad turca. «Espero de corazón que puedas vivir con las consecuencias», han sido las únicas palabras del padre. O eso es al menos lo que cuenta Sila dolida por la reacción. «Si se lo hubiera contado a mis padres, habrían tratado de evitarlo», dice, al tiempo que justifica las fotos como una «liberación de las cadenas culturales».

«Por una vez quería hacer realmente lo que yo quisiera. Con 14 años aún tenía que pedir permiso para salir por la noche, no me dejaban ponerme determinada ropa. He tenido que hacer siempre lo que me decían, comportarme no cómo yo era, sino cómo a los hombres les gustaba», explica en declaraciones a RTL, a pesar de que, a juzgar por las fotos, cuando está haciendo lo que a los hombres les gusta es más bien ahora.

«Mis padres y yo nos queremos, con el tiempo lo aceptarán. Soy independiente, tengo una profesión que me gusta y gano mi dinero», añade.

Su papel en la serie, sin embargo, peligra. Emitida en horario juvenil y como programa para toda la familia, sus dos últimos capítulos han perdido audiencia. «En mi casa ya no se ve», sentencia el portavoz de la asociación turca de Alt Moabit, Aly Maczyá: «Pero no porque se haya abierto ningún debate. ¿Qué debate? Putas turcas las hay, como en todas partes. Esas fotografías no nos han descubierto nada nuevo. Pero sí nos han recordado que ciertos ríos desembocan en ciertos mares y que es mejor evitarlos».

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