BIDEBIETA

Una vuelta al mundo para golosos

Diario Vasco, ELENA VIÑAS | SAN SEBASTIÁN., 20-04-2011

Fresas bañadas en chocolate, tartas de nata, bizcochos adornados con Lacasitos, flanes, galletas con dulce de leche, caracolas de plátano y todas las tentaciones más dulces que se puedan imaginar. Los alumnos del Instituto Bidebieta sorprendieron a sus compañeros y profesores preparando un centenar de postres característicos de diferentes países, tantos como nacionalidades coinciden actualmente en sus aulas.
La brasileña Taina de Souza presentó una ensalada de frutas con leche condensada y nata. «La fruta es algo que se come en todas partes, pero ésta lleva otro aderezo», decía. Ana María Dávalos y Paula Zapata, de Colombia, aportaban una gelatina de frutas y una mousse de coco, respectivamente; y el ecuatoriano Freddy, con un bizcocho de chocolate.
Desde Chile llegaban los denominados calzones rotos, elaborados por Samy; de Argelia, los crêpes de mermelada de fresa de Djanel; de Extramadura, las cazuelitas de arroz de Unai; y de Honduras, las empanadas hechas por Eskarlet.
Este año, la iniciativa ha alcanzado su séptima edición reafirmando una vez más su éxito. «Es algo que empezamos a hacer porque los alumnos de fuera se quejaban de que tenían que comer la comida de aquí en el comedor. Se nos ocurrió que trajeran platos propios de sus países y para nuestra sorpresa, la respuesta fue increíble», señala Inmaculada Otegi, la profesora artífice de esta muestra-degustación con Arantza Egurtegi y Karmele Fernández del Río.
Delicias literarias
Junto a los postres, otro de los platos fuertes de la jornada organizada fue la exposición de algunos de los primeros recetarios de cocina de la historia. Entre ellos se encontraba el titulado ‘Arte de repostería en el que se contiene todo género de dulces secos y en líquido, bizcochos, turrones, natas, bebidas heladas y de todos los géneros con una breve instrucción para conocer las frutas y fervirlas crudas’, de Juan de la Mata. «Es el primer libro de repostería y el primero también en el que se cita al tomate», señalaba el profesor Miguel Ibáñez refiriéndose a la obra publicada en 1786, de la que se mostró su edición original.
También pudo contemplarse la primera edición de ‘Nuevo arte de cocina’, escrito en 1758 por Juan de Altamiras. «Es todo lo contrario que el anterior, porque está dirigido a personas más humildes», indicaba Ibáñez.
A los anteriores volúmenes se sumaban una edición original de ‘El practicón: tratado completo de cocina al alcance de todos y aprovechamiento de sobras’, de Ángel Muro, publicado por primera vez en 1894; y una edición facsímil de ‘Libro de guisados, manjares y potajes’, de Robert de Nola, el cocinero de Fernando de Nápoles.

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