Bruselas respalda a Francia en la crisis migratoria con Italia

Malsmström dice que «París tenía derecho» a suspender los trenes

El Mundo, IRENE HDEZ. VELASCO, 19-04-2011

El clima de tensión que desde hace varios días marca las relaciones de Italia con Francia y con la Unión Europea se ha incrementado algunos grados, tras sentenciar ayer Bruselas en una primera valoración que París tenía todo el derecho del mundo cuando el domingo pasado decidió cerrar temporalmente su frontera a los trenes procedentes de Ventimiglia.

Desde esa localidad italiana, muchos de los casi 25.000 inmigrantes tunecinos llegados en las últimas semanas a la isla siciliana de Lampedusa esperan entrar en Francia armados con los permisos de residencia temporales que les ha otorgado el Ejecutivo de Silvio Berlusconi. «Hemos recibido esta mañana una carta de las autoridades francesas en la que nos explican que [el corte de tráfico] se debió a una cuestión de orden público, que fue una interrupción temporal y única y que ahora el tráfico funciona normalmente», destacaba ayer en una rueda de prensa Cecilia Malmström, la comisaria europea de Asuntos Internos. Y añadía: «Francia tenía derecho a hacer lo que hizo».

París justifica el cierre del domingo a la entrada en su territorio de trenes procedentes de Italia alegando que se trataba de una medida destinada a evitar posibles incidentes de «orden público», ya que estaba prevista una manifestación no autorizada de apoyo a los inmigrantes tunecinos que podía dar pie a encontronazos con las fuerzas de seguridad.

Y una de las causas para la suspensión temporal del tratado de Schengen, que permite la libre circulación de las personas dentro de las fronteras de la Unión Europea, es precisamente la posibilidad de que se desaten disturbios públicos.

Italia, sin embargo, no oculta su malestar (por no decir rabia) ante lo sucedido, y no se muestra nada convencida por los argumentos expuestos por Francia. «Unos 300 o quizás menos simpatizantes antiglobalización que protagonizan una protesta no suponen un enorme problema de orden público», sentencia Franco Frattini, el ministro de Exteriores italiano. «Francia ha argumentado su decisión (de cerrar las fronteras al tráfico ferroviario procedentes de Italia) en un problema de orden público que en mi opinión no existía».

Y mientras tanto los periódicos afines al Gobierno Berlusconi ponen el grito en el cielo y denuncian que Bruselas tiene una vara de medir distinta para el caso de Italia y el de Francia, recordando que la Comisión Europea no consideró que existiera un problema de orden público ni nada similar cuando miles de inmigrantes tunecinos, desesperados, se concentraron en la isla siciliana de Lampedusa tras llegar a la misma en varias pateras y cayucos.

El domingo Frattini dio instrucciones al embajador de Italia en París para que presente una protesta formal ante las autoridades francesas por lo sucedido.

Sin embargo, la Comisión Europea asegura que no ha recibido por parte de Italia ninguna reclamación contra Francia por una posible violación del Tratado de Schengen.

Por su parte el ministro del Interior francés, Claude Gueant, se reafirmaba ayer desde Bucarest en que su país ha «respetado al pie de la letra» el acuerdo de Schengen en relación a los inmigrantes tunecinos a los que Italia ha concedido un permiso de residencia temporal.

París, por su parte, reabrió ayer sus fronteras al tráfico ferroviario con Italia y algunos inmigrantes tunecinos se subieron a los trenes que partían desde Ventimiglia con dirección a Francia. Por el momento ninguno de ellos ha sido rechazado en la frontera de entrada a Francia, pero hay que tener en cuenta que los procedimientos para expulsar a una persona en posesión de un permiso de residencia válido son bastante largos, por lo que sólo en los próximos días se verá si las autoridades francesas aceptan el ingreso en el país de los inmigrantes norteafricanos a los que Roma ha concedido documentos.

París, por su parte, ya ha advertido que solamente permitirá la entrada de aquellos inmigrantes que tengan un pasaporte válido y que puedan demostrar que tienen medios económicos para poder mantenerse.

El próximo martes Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi mantendrán una reunión bilateral en Roma. Y, sin ninguna duda, los inmigrantes tunecinos serán uno de los principales temas que figuren en su agenda.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)