Como unos cofrades más

Las Provincias, LOLA SORIANO MARÍA GARDÓ fallas@lasprovincias.es | VALENCIA., 15-04-2011

Vienen de otras tradiciones y culturas, pero sienten la misma pasión que el resto de cofrades. Se trata de las poblaciones extranjeras que han llegado a Valencia en busca de un futuro mejor y que ahora comienzan a integrarse en la fiesta de la Semana Santa Marinera de Valencia. Una de las hermandades que ha abierto sus puertas a estas personas que no conocían esta tradición es la del Santísimo Cristo de los Afligidos, en el Canyamelar. En estos años han integrado a chilenos, cubanos, ecuatorianos, bolivianos y africanos.

Proyecto solidario

En algunos casos, llegan para hacer pequeñas colaboraciones o trabajos en las cofradías y acaban siendo uno más, y en otros, directamente se apuntan para participar en todos y cada uno de los actos, como las procesiones del Santo Entierro o el Día de Resurrección. Según explican en los Afligidos, «hace unos años vino a la iglesia del Rosario un padre, Olbier Antonio Hernández, que nos puso en contacto con proyectos de Cuba. Y, de hecho, participamos todos los años con una hucha solidaria para la causa de Monseñor Héctor Luis Peña en Cuba, que da de comer a todo el que llama a su puerta. Nosotros decidimos, además, predicar con el ejemplo y acoger en la hermandad personas que vinieran de fuera. La idea era que estas personas trabajaran, por ejemplo, portando los estandartes o los tronos – anda a cambio de una ayuda económica. Esta acción ha aliviado a muchos de ellos e incluso se han ido quedando como cofrades», comenta María Amparo Crespo.

Entre los nuevos colaboradores se encuentra Julio Hernández Suardiaz, un cubano que llegó a Valencia en julio. «Yo porto el estandarte y por el ello recibo una ayuda. Pero además, he podido conocer mejor esta fiesta religiosa. En Cuba al segundo o tercer año de llegar Fidel se prohibió toda representación religiosa. Mis padres me hablaban de cómo eran las procesiones antes y en casa teníamos algunas imágenes. Además mis abuelos eran españoles. Pero ahora lo estoy viviendo de una forma muy bonita», dice Julio.

Otro joven que ha vivido desde dentro la Semana Santa Marinera es John Jairo Aldana, un colombiano que los dos años anteriores colaboró con la hermandad del Santo Silencio y Vera Cruz del Cabanyal. «Un amigo mío colombiano me integró y me gustó mucho. La Semana Santa en Colombia es parecida porque también salen en procesión. En mi tierra tocaba en la banda que acompaña la procesión».

Una experiencia diferente es la de Marioly Ledezma Chaves. «Nosotros no necesitábamos apoyo social. Simplemente una amiga nos animó a apuntarnos. En mi caso, tengo que decir que en Chile ya participábamos en actos religiosos. Llegamos a Valencia en agosto de 2007 y en 2008 ya estábamos apuntados», comenta Marioly, que ejerce de colaboradora. Ahora toda la familia, su marido, y sus hijas Mariana, Francisca e Isabel de 8, 5 y 3 años pertenecen a la hermandad del Cristo de los Afligidos.

Marioly reconoce que esta Semana Santa Marinera es espectacular. «La Semana Santa en Chile es más apagada, aquí se pone mucha pasión, entrega y devoción». El día que más le gusta a Marioly es el Domingo de Resurrección, «porque es muy colorido. Es un desfile más vivo y los niños tiran flores al público. Recomiendo verlo».

La pequeña Nicole tiene 10 años y es argentina. Descubrió la Semana Santa Marinera al llegar a Valencia hace tres años, junto a su abuela, que se llama Delia. «Nos quedamos alucinadas, esto en nuestro país no existe, es muy lindo», comenta. No habían escuchado hablar de las procesiones de Pasión, Muerte y Resurrección, ni siquiera «en las revistas». Después de su aterrizaje en Valencia conocieron a Lorenzo Guardino, presidente de la Hermandad del Santo Cáliz de la Cena que les ayudó a integrarse y a formar parte de la fiesta. Gracias a él, en gran medida, Nicole es cofrade de la asociación y disfruta al máximo de cada una de las actividades.

Delia colabora en lo que está en su mano. «Como abuela intento ayudar a mi nieta en todo lo que puedo, con el traje y con las actividades», explica Delia. Además, y gracias a la hermandad, se han hecho nuevos amigos españoles: «Nos conoce mucha gente y nos divertimos mucho con ellos», afirma.

Delia y Nicole vivirán al máximo las fiestas del marítimo de este año las cuales no dejan nunca de sorprenderlas.

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