La tensión que se vive en Italia por la llegada a las costas del sur del país de unos 28.000 inmigrantes indocumentados procedentes del norte de África desde comienzos de año se concentró la noche del martes en Génova. Un grupo de desconocidos lanzó un cóctel molotov a la puerta de entrada de un antiguo colegio que acoge a ‘sin papeles’ procedentes de la isla de Lampedusa. La acogida de extranjeros crispó el Consejo Municipal de ayer en la ciudad y distintos lugares de acogida registraron concentraciones en contra.

El ministro del Interior, Roberto Maroni, insistió en que «hay reglas sobre la libre circulación» de personas y conminó a los países europeos reacios a aceptar a inmigrantes a los que Roma se dispone a entregar permisos temporales a que, si no están conformes, suspendan el Tratado de Schengen.