La UE rechaza dar visado temporal a los tunecinos llegados a Italia

Críticas a la táctica de Roma de "desplazar" el problema a los países vecinos

La Vanguardia, BEATRIZ NAVARRO, 12-04-2011

“Hemos pedido solidaridad y nos han respondido que nos las arreglemos por nuestra cuenta. Me pregunto si aún tiene sentido formar parte de la UE”, protestó ayer el ministro italiano de Interior, Roberto Maroni, tras recibir un sonoro portazo de sus socios europeos a la propuesta de conceder visados temporales a los 22.000 ciudadanos norteafricanos, en su mayoría tunecinos, llegados a Italia en las últimas semanas. “Mejor solos que mal acompañados”, sentenció Maroni.

El tono desabrido del italiano refleja las tensiones vividas ayer en la reunión de ministros europeos de Interior en Luxemburgo. La cita volvió a demostrar que, ante una emergencia migratoria, los países del sur mediterráneo no cuentan con el apoyo de sus vecinos del norte, como ya experimentó España durante los años de llegada masiva de sin papeles.Sin embargo, en esta ocasión, Italia ni siquiera ha tenido el apoyo de España, otro socio del sur.

El visado temporal que Roma pretende conceder a miles de inmigrantes (aquellos que llegaron antes del nuevo acuerdo de repatriación firmado con Túnez) les autorizaría a circular libremente por todo el territorio comunitario. Se presume que el destino soñado por la mayoría es Francia, por eso su ministro de Interior, Claude Guéant, advirtió que utilizará “todos los medios a su disposición” para impedir que entren en su territorio. Como Alemania, se plantea restablecer temporalmente los controles fronterizos.

Atrapada entre dos fuegos, la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, admitió que estos países pueden reforzar los controles, de la misma forma que Roma tiene “todo el derecho” a emitir permisos temporales si los inmigrantes cumplan requisitos como ser independientes económicamente. Sin embargo, Malmström negó que se den las condiciones para invocar la directiva sobre acogimiento temporal y repartirlos en otros países de la UE.

El ministro del Interior y vicepresidente, Alfredo Pérez Rubalcaba, respaldó a la Comisión Europea en su rechazo a las pretensiones italianas. A su juicio, la entrega de visados temporales contribuiría a “desplazar el problema de Italia a Francia”, una opinión compartida por sus colegas británico, alemán, polaco y austriaco.

La mayoría de las personas llegadas, recalcó Rubalcaba, “son estrictamente inmigrantes ilegales, es decir, no tienen derecho a asilo según la normativa europea” y, por tanto, “deben volver a los países de origen”. En la misma línea, una fuente del Gobierno recordaba recientemente que en el 2006 también Canarias recibió 20.000 inmigrantes en un mes, y España “afrontó sola” la situación.

Más solidaria fue la respuesta europea a los inmigrantes atrapados en la frontera entre Túnez y Libia, y los 900 llegados a Malta. Esta isla – de 413.000 habitantes en un territorio de la mitad del tamaño de Ibiza-se enfrenta a una situación “inasumible para sus autoridades”, recalcó Malmström. Se trata, sobre todo, de subsaharianos, posibles refugiados, y media docena de países – entre ellos, España-se han ofrecido a acoger algunos por motivos humanitarios. La presidencia semestral de la UE, ocupada por Hungría, ha convocado otra reunión ministerial en mayo para tratar de resolver los temas pendientes.

Ante la falta de apoyo europeo, Maroni señaló su malestar ante una Europa que “se moviliza rápidamente solo para salvar a los bancos y declarar la guerra”, pero que “cuando se le pide solidaridad concreta para salvar a un país en dificultades como Italia, se esconde”. El comentario refleja el enfado del Gobierno de Silvio Berlusconi con Nicolas Sarkozy por impulsar la ofensiva contra el régimen del coronel Muamar el Gadafi en Libia, país del que Italia era primer socio comercial europeo.

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