La idea que propongo es aprovechar la antigua terminal del aeropuerto de Pamplona – Noáin para habilitar un centro popular de encuentro, de negocio y de convivencia entre las diferentes personas nativas e inmigrantes para conocernos y compartir juntos, al mismo tiempo que se vuelve a implantar el transporte público entre Pamplona y su aeropuerto.

La antigua terminal es un espacio que, tras la reciente inauguración de la terminal nueva, ha quedado libre. Esta antigua terminal alberga grandes espacios que, sin mucha inversión, pueden ser utilizados para instalaciones comunes: sala de fiestas, conferencias, debates, exposiciones, etcétera, y también contiene diferentes mostradores que podrían emplearse para puestos con asociaciones, bares, tiendas de comercio justo, pequeñas empresas transnacionales, centro de coworking los días de labor… Todo ello con un carácter lúdico, de encuentro y también de negocio. Para acudir a este centro y también como servicio a los viajeros y trabajadores del aeropuerto, sería preciso habilitar el transporte público de Pamplona al aeropuerto que fue suprimido en diciembre. Se podría implementar una nueva línea o una extensión de la número 16.

La idea del aeropuerto y de la aviación como puente entre las culturas y las personas enlaza perfectamente con la idea de un espacio intercultural en el aeropuerto. Por otra parte, no existe en este momento un centro de estas características en la comarca de Pamplona. Tenemos centros cívicos, sociales, deportivos y culturales, pero debido a los prejuicios y a la forma de socializar en Pamplona en grupitos cerrados y endogámicos, bien sea por las parejas o familias entendidas a modo de burbuja o bien por las excluyentes cuadrillas de amigos y pseudoamigos, existen muy pocos lugares que sean auténticos centros sociales donde la persona, de forma individual o en compañía, dialogue, socialice, conozca diversas culturas y haga amigos con autóctonos que no conozca o inmigrantes y viceversa.

Cuando hablo de un centro intercultural, no me refiero sólo a unas instalaciones. Para evitar los guetos autóctonos (cuadrillas) o los guetos de inmigrantes, es preciso realizar una labor de intervención o gestión social que promueva unos valores y que genere un clima de múltiples formas, tanto a nivel formal como informal. Este centro daría un toque diferente a la ciudad para abrirla a sí misma y al mundo.