El 'burka' ya es ilegal en la calles francesas

Dos detenidas por manifestarse sin permiso contra la prohibición del velo

El Mundo, JUAN MANUEL BELLVER, 12-04-2011

Mucho ruido, pero pocas detenciones. Oficialmente, ninguna. Este es el balance del primer día sin velo integral en Francia. Ayer entró en vigor en todo el país la ley nº 2010-1192 del 11 de octubre de 2010, que prohíbe el uso del burka o del niqab en los espacios públicos. Y había gran expectación por ver cuántas mujeres musulmanas se echaban a la calle con el rostro cubierto para desafiar al Gobierno Sarkozy.

Lo cierto es que fueron pocas y la policía se las ingenió para evitar poner una sola multa. «Estoy dispuesta a ir a la cárcel para defender mi derecho a llevar el velo integral», advirtió en junio Kenza Drider al tabloide británico The Sun. Y Robert Menard, astuto periodista televisivo, decidió invitarla a su programa diario en I-Telé precisamente el lunes de marras. Así que Drider casada con cuatro hijos, residente en Aviñón y de origen marroquí se levantó ayer temprano para coger un TGV hasta la parisina Gare de Lyon. Estaba vestida con su preceptivo niqab, que lleva con orgullo desde hace 12 años sin que su marido la obligue.

«Él respeta mi elección. Esto es algo entre Dios y yo. Y ninguna ley va a prohibirme vestir de acuerdo con mis convicciones. Si me detienen o me multan, apelaré al Tribunal Constitucional», explicaba la ciudadana rebelde a la prensa previamente advertida que la escoltó a lo largo de todo su periplo.

Drider tenía ayer una agenda apretada. Tras atender a los medios en ambas estaciones ferroviarias sin que la policía se molestara en arrestarla, acudió a primera hora frente a la catedral de Nôtre Dame, en la Île-de-la-Cité, donde la esperaba Rachid Nekkaz, líder de la asociación No Toques Mi Constitución, que había convocado un acto de protesta ante uno de los monumentos más representativos de la capital.

A la concentración asistió, además de Drider, otra mujer tapada de pies a cabeza, de nombre Newal. Las dos portadoras del velo integral (el niqab de Drider y el burka negro de su compinche) y el organizador fueron detenidos por la gendarmería y llevados a la comisaría del primer arrondissement, donde se les informó de que habían sido arrestados por «manifestación no autorizada». No se les impuso sanción alguna. Nekkaz explicó poco después que, a las 10.00 horas, había acudido con una amiga cubierta hasta las pestañas delante del Palacio del Elíseo. Sin embargo, no logró su objetivo de que fuera multada.

Hace ya un año que este antiguo candidato a los comicios presidenciales ha puesto en venta un edificio de su propiedad en Choisy-le-Roi, con cuyos ingresos ha anunciado que financiará a todas las portadoras del velo integral que sean sancionadas. Lo malo es que, de momento, no ha logrado realizar la venta.

¿Y qué amiga misteriosa acompañaba a Nekkaz en su pirueta reivindicativa ante la residencia del jefe de Estado? ¿No sería también Drider con su niqab marrón? Nunca lo sabremos, ya que la Sûreté Nationale no emitió el menor comunicado sobre la jornada presuntamente reivindicativa de ayer, y tampoco consta que se hallan producido otras detenciones en el resto del país.

Y eso que el fin de semana se había saldado con 59 personas detenidas en la parisina Place de la Nation por una manifestación no autorizada convocada por el colectivo de musulmanes fundamentalistas CADUT. En aquella protesta, los radicales sí que lograron reunir a 19 mujeres cubiertas con el velo integral. Así que este lunes 11, fecha de la entrada en vigor de la norma, se anunciaba movido. Pero las escenas de pataleo callejero no han llegado a producirse y la aparición de Drider en I-Telé no ha pasado de anecdótica. Interrogada por Menard sobre si permitiría a su hija mayor llevar vaqueros ajustados de cintura caída, esta defensora de los derechos constitucionales afirmó tajantemente que sí, pero que trataría de convencerla para que no lo hiciera. O sea, la misma presión que le meten los maridos salafistas a sus esposas para que no enseñen ni una mata de pelo.

Tan poco preocupado estaba el titular del Interior, Claude Guéant, que se desplazó ayer a Luxemburgo para una reunión y solamente se limitó a mandar un mensaje a la prensa. «La ley debe aplicarse sin excepciones», aseguró el ministro. «Pero recomiendo a las fuerzas del orden que eviten el enfrentamiento y opten por el discernimiento, la pedagogía, la escucha y el diálogo».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)