La ira de México se desborda contra la violencia

El Correo, MILAGROS L. DE GUEREÑO, 08-04-2011

«Sí son nuestros muertos, no es nuestra guerra», coreaban miles de personas en la capital de México mientras la Policía hallaba en Tamaulipas ocho fosas comunes clandestinas con 59 cuerpos, presumiblemente correspondientes a los viajeros de un autobús secuestrado muy cerca del lugar donde recientemente asesinaron a 72 emigrantes centroamericanos. La mezcla de impotencia, ira y dolor se expresaba en consignas similares escuchadas en 38 ciudades donde los manifestantes gritar su particular «basta ya» contra la violencia.

«No más sangre», «Fuera Calderón», «Ni uno más…», «¡Estamos hasta la madre de los políticos!» fueron algunas de las consignas destinadas a «quien en 2006 inició una estrategia para legitimarse»: el presidente Felipe Calderón. Su plan militar contra los narcotraficantes ha tenido notables éxitos, pero soporta el lastre de más de 37.000 personas asesinadas.

El empresario Alejandro Martí, cuyo hijo adolescente fue secuestrado y asesinado, dijo que si el mandatario no puede parar la guerra, debería renunciar. Artistas, intelectuales y gente de a pie respondieron en todo el país a la convocatoria del poeta Javier Francisco Sicilia después de que su hijo, Juan Francisco, y otros jóvenes aparecieran muertos en un coche el pasado 28 de marzo.

Sicilia pidió frenar la ola de asesinatos, y a los militares que regresen a los cuarteles porque su presencia en las calles ha desatado «una escalada de la violencia, al incitar al crimen organizado a enfrentarse a ustedes con armas más poderosas». Afirmó que «el consumo y tráfico de drogas ha aumentado; lejos de sentirnos seguros, nos sentimos con miedo y coraje ante la impotencia de verlos pelear en nuestras calles». El escritor reclamó al Ejército que «no permita que en sus filas anide el crimen y crezca la complicidad», y al Gobierno que deje de considerar a las víctimas «daños colaterales».

La mayoría de los participantes vestían de blanco, pero a diferencia de otras ocasiones en las que protestaban en silencio, el miércoles pudo más la ira por la ineficacia de las autoridades en frenar las luchas intestinas del crimen organizado y los desafueros de los uniformados desplegados para parar la sangría. En Monterrey, Cuernavaca, Guadalajara, Ciudad Juárez – la urbe más castigada por el enfrentamiento de los grupos mafiosos – Buenos Aires o Madrid, retumbó el clamor: «Estamos hasta la madre».

Primera mujer en la Fiscalía

Casi al mismo tiempo la Policía extrajo 59 cadáveres de ocho fosas en los límites de San Fernando y Matamoros, en el Estado de Tamaulipas. Se trabaja con la hipótesis de que las víctimas fueron «ejecutadas» por narcos que controlan la zona, donde el 24 de agosto se encontraron los cuerpos de más de setenta inmigrantes que querían llegar a Estados Unidos.

Los cinco primeros cadáveres identificados son de ciudadanos mexicanos, según la Procuraduría General de Justicia, que precisamente ayer cambiaba de titular por segunda vez desde que Calderón accedió al poder. A Eduardo Medina Mora le relevó al frente de la Fiscalía mexicana Arturo Chávez, y éste fue sustituido ayer por la abogada Marisela Morales, que se convirtió así en la primera mujer en acceder al cargo.

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