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Italia europeiza el éxodo tunecino

Roma dará un permiso temporal, válido en la UE, a los llegados a Lampedusa

La Vanguardia, EUSEBIO VAL, 07-04-2011

Italia se ve incapaz de mantener retenidos en campamentos a los miles y miles de inmigrantes irregulares llegados de Túnez en las últimas semanas. El Gobierno de Silvio Berlusconi prevé aprobar hoy un decreto en el que, considerando circunstancias humanitarias excepcionales, se conceda a estas personas – son más de 20.000-un permiso de residencia temporal, con la idea de que puedan trasladarse a otros países, sobre todo a Francia, donde muchos tienen parientes.

La legalización, aunque transitoria, del éxodo humano que ha usado la isla de Lampedusa como trampolín hacia Europa, coincidió con una nueva tragedia en el mar. Hasta 250 personas huidas de Libia podrían haber muerto ahogadas en la madrugada de ayer en una dramática operación de salvamento en alta mar realizada por la guardia costera italiana en condiciones extremas.

Según las informaciones que se han filtrado a la prensa, el permiso para los tunecinos tendrá una validez de seis meses. La intención, después, es proceder a una repatriación ordenada. Pero a nadie se le escapa que eso será muy difícil, sobre todo si los inmigrantes se desplazan a otros países. Podrán beneficiarse quienes ya estén en territorio italiano, no así los que lleguen a partir de la entrada en vigor del decreto. Para estos últimos se aplicará, en teoría, el nuevo acuerdo con Túnez, que establece un procedimiento rápido de repatriación.

Está por ver, sin embargo, cuál será la reacción de la Unión Europea y de Francia en particular. El Gobierno de París ya hizo saber ayer que analizará con lupa el decreto italiano para verificar si respeta el tratado de Schengen sobre libre circulación de personas. Hasta ahora los franceses no han permitido el paso a los tunecinos que han llegado a la frontera. El asunto amenaza con enturbiar todavía más la relación italo-francesa, afectada por los desencuentros sobre Libia y por las recientes compras de empresas italianas por compañías francesas. Para desactivar las tensiones se ha convocado una cumbre Berlusconi-Sarkozy para el próximo 26 de abril en Roma.

La llegada de embarcaciones tunecinas a Lampedusa no se ha detenido, pese a los compromisos arrancados al Gobierno tunecino y la promesa de ayudas italianas. Pero el peor drama de las últimas horas fue la barca partida de Libia y que llevaba unas 300 personas a bordo, de diversas nacionalidades: eritreos, somalíes, sudaneses, cameruneses. Había mujeres y niños. Los guardacostas italianos acudieron alertados por los malteses, que fueron quienes recibieron el primer mensaje SOS pero no salieron a buscarlos (esta pauta de los malteses suele repetirse). Aún era de noche, con mucho viento y olas de tres metros. En el caos y los nervios del rescate, la barca volcó y los pasajeros cayeron al agua. Los socorristas italianos y un pesquero lograron salvar a 51 náufragos. Los demás desaparecieron con rapidez, engullidos por un Mediterráneo que genera esperanzas o las destruye con crueldad.

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